En entradas anteriores, hemos comprobado cómo el sherif Husayn Ibn Alí, del clan de los Hashemitas, consiguió del Sultán y Califa Abdul Hamid II* (posiblemente con el apoyo del Reino Unido, que durante el siglo XIX y hasta 1914 fue el gran defensor del "Hombre Enfermo de Europa") su nombramiento como Sherif (Protector y Custodio) de La Meca y Medina.
Husayn no se mostró satisfecho, y en 1914 y 1915 buscó una nueva alianza con los británicos, primero para conseguir la independencia del territorio del que era sherif (el Hejaz); más tarde, ya durante la Gran Guerra, para que los británicos crearan un Imperio Árabe -que él dirigiría como Rey- en lugar del Imperio Otomano.
Husayn -con sus hijos, y apoyado por determinadas sociedades nacionalistas árabes- contactó con los diplomáticos británicos del Medio Oriente, les prometió que hablaba como Portavoz de todos los árabes del Imperio Turco, hasta el último hombre -una flagrante mentira- y exigió que, a cambio de un levantamiento generalizado de todo el Mundo Árabe -sujeto, hasta entonces, al Imperio Otomano- se les patrocinara y concediera (bajo tutela británica) un Imperio Árabe que incluiría casi toda la Península Arábiga, más lo que actualmente se conoce como Jordania, Siria, Líbano, Palestina, Iraq y la parte sur de Turquía.
Husayn estableció correspondencia* con el Alto Comisionado en Egipto, Sir Henry McMahon*, que ofreció, a cambio de las ofertas de los árabes de sublevar a todo el Mundo Árabe* (los Hashemitas llegaron a prometer que pondrían bajo las armas de la Entente entre 100.000 y 300.000 guerreros, cuando en toda la guerra nunca tuvieron a más de 15.000 "rebeldes", y nunca más de 5.000 al mismo tiempo) garantizar una independencia árabe más o menos patrocinada por el Imperio Británico.
La Correspondencia Husayn-McMahon nunca fue un tratado internacional, ni dio lugar a acuerdos o pactos entre aliados. Para empezar, si nació viciada, lo fue por parte de los Hashemitas, que mintieron al presentarse como portavoces del Mundo Árabe, y al engañar a los ingleses (como hemos visto en entradas anteriores y veremos en las siguientes) prometiendo un conjunto de tropas y una fuerza militar que estaban muy lejos de poder reunir.
Por otro lado, un acuerdo (de haber llegado ambas partes a un Tratado, que no fue así) en 1916 entre la Gran Bretaña y Husayn & hijos resultaba completamente ilegal:
Husayn -con sus hijos, y apoyado por determinadas sociedades nacionalistas árabes- contactó con los diplomáticos británicos del Medio Oriente, les prometió que hablaba como Portavoz de todos los árabes del Imperio Turco, hasta el último hombre -una flagrante mentira- y exigió que, a cambio de un levantamiento generalizado de todo el Mundo Árabe -sujeto, hasta entonces, al Imperio Otomano- se les patrocinara y concediera (bajo tutela británica) un Imperio Árabe que incluiría casi toda la Península Arábiga, más lo que actualmente se conoce como Jordania, Siria, Líbano, Palestina, Iraq y la parte sur de Turquía.
Husayn estableció correspondencia* con el Alto Comisionado en Egipto, Sir Henry McMahon*, que ofreció, a cambio de las ofertas de los árabes de sublevar a todo el Mundo Árabe* (los Hashemitas llegaron a prometer que pondrían bajo las armas de la Entente entre 100.000 y 300.000 guerreros, cuando en toda la guerra nunca tuvieron a más de 15.000 "rebeldes", y nunca más de 5.000 al mismo tiempo) garantizar una independencia árabe más o menos patrocinada por el Imperio Británico.
La Correspondencia Husayn-McMahon nunca fue un tratado internacional, ni dio lugar a acuerdos o pactos entre aliados. Para empezar, si nació viciada, lo fue por parte de los Hashemitas, que mintieron al presentarse como portavoces del Mundo Árabe, y al engañar a los ingleses (como hemos visto en entradas anteriores y veremos en las siguientes) prometiendo un conjunto de tropas y una fuerza militar que estaban muy lejos de poder reunir.
Por otro lado, un acuerdo (de haber llegado ambas partes a un Tratado, que no fue así) en 1916 entre la Gran Bretaña y Husayn & hijos resultaba completamente ilegal:
- En primer lugar, contradecía los acuerdos del Reino Unido con Francia y Rusia* -anteriores y aprobados por las Instituciones inglesas- que estipulaban que ninguno de los miembros de la Entente podía firmar acuerdos por separado con cualquiera de los beligerantes (y los árabes del Hejaz, feudo de Husayn, eran súbditos del Califa Otomano).
- En segundo lugar, hubiera resultado completamente inválido un Tratado -que no lo hubo- entre los británicos y Husayn que hubiera proclamado a los Hashemitas Gobernantes de un Reino Árabe independiente, puesto que hubiera roto los pactos -anteriores y legales- con media docena de soberanos y sheikhs árabes: Abdulaziz Ibn Saud del Nejd* (Tratado de Darin*, 1915); con Mubarak al-Sabah de Kuwait* (1914); con Muhammad ibn Ali al-Idrisi de Asir (Mayo, 1915); o con otros sheikhs de menor relevancia.
- Por no dilatar más la introducción: Sir Henry McMahon no tenía -pese a que en la Correspondencia dice que sí- autorización del Gobierno para negociar sobre fronteras del futuro Estado Árabe. Las instrucciones que recibió son: entablar negociaciones con el sherif; prometer asistencia inglesa con suministros de alimentos, armas, dinero, municiones, ropa, etc, para que Husayn pueda iniciar una "Revuelta Árabe" contra los turcos; y prometer que el Imperio apoyaría la creación de un Estado Árabe independiente -los ingleses creían las mentiras del sherif sobre su poder y el apoyo con que podía contar entre su pueblo árabe- pero sin negociar sobre territorios y fronteras, ni prometer que Husayn (o nadie en particular) sería el gobernante.