jueves, 27 de abril de 2017

LAWRENCE DE ARABIA, O LA NO-TAN-EXITOSA-REVUELTA ÁRABE (III). EL SHERIF RECOGE LAS GANANCIAS

En entradas anteriores, hemos comprobado cómo el sherif Husayn Ibn Alí, del clan de los Hashemitas, consiguió del Sultán y Califa Abdul Hamid II* (posiblemente con el apoyo del Reino Unido, que durante el siglo XIX y hasta 1914 fue el gran defensor del "Hombre Enfermo de Europa") su nombramiento como Sherif  (Protector y Custodio) de La Meca y Medina.

Husayn no se mostró satisfecho, y en 1914 y 1915 buscó una nueva alianza con los británicos, primero para conseguir la independencia del territorio del que era sherif (el Hejaz); más tarde, ya durante la Gran Guerra, para que los británicos crearan un Imperio Árabe -que él dirigiría como Rey- en lugar del Imperio Otomano.

Husayn -con sus hijos, y apoyado por determinadas sociedades nacionalistas árabes- contactó con los diplomáticos británicos del Medio Oriente, les prometió que hablaba como Portavoz de todos los árabes del Imperio Turco, hasta el último hombre -una flagrante mentira- y exigió que, a cambio de un levantamiento generalizado de todo el Mundo Árabe -sujeto, hasta entonces, al Imperio Otomano- se les patrocinara y concediera (bajo tutela británica) un Imperio Árabe que incluiría casi toda la Península Arábiga, más lo que actualmente se conoce como Jordania, Siria, Líbano, Palestina, Iraq y la parte sur de Turquía.

Husayn estableció correspondencia* con el Alto Comisionado en Egipto, Sir Henry McMahon*, que ofreció, a cambio de las ofertas de los árabes de sublevar a todo el Mundo Árabe* (los Hashemitas llegaron a prometer que pondrían bajo las armas de la Entente entre 100.000 y 300.000 guerreros, cuando en toda la guerra nunca tuvieron a más de 15.000 "rebeldes", y nunca más de 5.000 al mismo tiempo) garantizar una independencia árabe más o menos patrocinada por el Imperio Británico.

La Correspondencia Husayn-McMahon nunca fue un tratado internacional, ni dio lugar a acuerdos o pactos entre aliados. Para empezar, si nació viciada, lo fue por parte de los Hashemitas, que mintieron al presentarse como portavoces del Mundo Árabe, y al engañar a los ingleses (como hemos visto en entradas anteriores y veremos en las siguientes) prometiendo un conjunto de tropas y una fuerza militar que estaban muy lejos de poder reunir.

Por otro lado, un acuerdo (de haber llegado ambas partes a un Tratado, que no fue así) en 1916 entre la Gran Bretaña y Husayn & hijos resultaba completamente ilegal:
  • En primer lugar, contradecía los acuerdos del Reino Unido con Francia y Rusia* -anteriores y aprobados por las Instituciones inglesas- que estipulaban que ninguno de los miembros de la Entente podía firmar acuerdos por separado con cualquiera de los beligerantes (y los árabes del Hejaz, feudo de Husayn, eran súbditos del Califa Otomano).
  • En segundo lugar, hubiera resultado completamente inválido un Tratado -que no lo hubo- entre los británicos y Husayn que hubiera proclamado a los Hashemitas Gobernantes de un Reino Árabe independiente, puesto que hubiera roto los pactos -anteriores y legales- con media docena de soberanos y sheikhs árabes: Abdulaziz Ibn Saud del Nejd* (Tratado de Darin*, 1915); con Mubarak al-Sabah de Kuwait* (1914); con Muhammad ibn Ali al-Idrisi de Asir (Mayo, 1915); o con otros sheikhs de menor relevancia.
  • Por no dilatar más la introducción: Sir Henry McMahon no tenía -pese a que en la Correspondencia dice que sí- autorización del Gobierno para negociar sobre fronteras del futuro Estado Árabe. Las instrucciones que recibió son: entablar negociaciones con el sherif; prometer asistencia inglesa con suministros de alimentos, armas, dinero, municiones, ropa, etc, para que Husayn pueda iniciar una "Revuelta Árabe" contra los turcos; y prometer que el Imperio apoyaría la creación de un Estado Árabe independiente  -los ingleses creían las mentiras del sherif sobre su poder y el apoyo con que podía contar entre su pueblo árabe- pero sin negociar sobre territorios y fronteras, ni prometer que Husayn (o nadie en particular) sería el gobernante.
En Marzo de 1916, comprendiendo que los británicos no le iban a ofrecer más de lo ya hablado, Husayn deja de responder a las cartas de McMahon.

jueves, 13 de abril de 2017

LAWRENCE DE ARABIA, O LA NO-TAN-EXITOSA-REVUELTA ÁRABE (II). EL SHERIF Y McMAHON: LAS CARTAS SOBRE LA MESA

Como vimos en la primera entrada de esta serie, el sherif  [Protector y Custodio] de La Meca, Husayn Ibn Alí y sus hijos -del Clan Banu Hashim, origen de los Hashemitas-habían buscado la alianza con el Imperio Británico:
  • En primer lugar para conseguir su apoyo para que Husayn fuera nombrado sherif (1908).
  • Luego -en conspiración abiertamente desleal respecto al Sultán y Califa, a quien habían jurado obediencia- para que los británicos apoyasen a Husayn en su intención de proclamarse soberano independiente del Hejaz (Febrero de 1914). 
  • Finalmente, tras la entrada de Turquía en la Gran Guerra al lado de las Potencias Centrales, el sherif se decidió -apoyándose en las armas, pertrechos y dinero del Imperio Británico- a lanzar una gran apuesta por organizar una rebelión contra el Imperio Turco, debido a:
    • La propia ambición de Husayn, que trataba de volver a fundar un Imperio Árabe sobre el mundo musulmán, como en los tiempos de los Umayyas, en el que él sería Califa, además de Sultán, claro;
    • El fervor nacionalista de las Sociedades Secretas árabes al-Fatat* y al-Ahd*, muy activas pese a estar constituida por apenas unos 350 activistas, que contactaron con él y le contagiaron la idea de erigirse en dirigente de un Imperio árabe desde Persia al Canal de Suez, y desde el Océano Índico a la franja sur de la actual Turquía; 
    • Y finalmente una ligereza de Lord Kitchener, Secretario de Estado de Guerra (Ministro) a finales de 1914, que "dejó caer" (al parecer, sin consultar a su Gobierno) que el Califato (entendido como un puesto espiritual, sin poder temporal) podría pasar de manos turcas a árabes con el visto bueno británico.
El problema, en la partida de poker que se inició con la primera de las cartas que Husayn ibn Alí envío al Alto Comisionado en Egipto, Sir Henry McMahon* (que inició un intercambio epistolar conocido como Correspondencia Husayn-McMahon*, cuya importancia es mucho mayor por lo que los movimientos políticos posteriores han querido interpretar que por lo que realmente se dijo) es que el sherif prácticamente no tiene cartas para jugar. No tiene soldados, no tiene armas, no tiene dinero (o mejor dicho, no desea gastar SU DINERO para organizar la rebelión), tiene vecinos militarmente más poderosos que él y que le odian... Sólo  tiene un cargo muy prestigioso y una capacidad de farol impresionante, como veremos a continuación... además de unos interlocutores muy torpes..

lunes, 10 de abril de 2017

LAWRENCE DE ARABIA, O LA NO-TAN-EXITOSA-REVUELTA ÁRABE (I). EL SHERIF QUE QUERÍA APODERARSE DEL PUEBLO.

Entre los Mitos que jalonan la Historia del Mundo Árabe, en el siglo árabe hay unos pocos que destacan sobre los demás: la "Rebelión Árabe de 1916"*; la "Gran Revuelta Árabe de 1936"*, o la "Nakba" de 1948.

Aunque pueda parecer que la historia de la "Rebelión Árabe de 1916" no  tiene relación directa con el conflicto árabe-judío, si tienen la paciencia de seguir estas entradas verán que sí, porque el Mundo Árabe, en su conjunto, se declaró heredero espiritual del Imperio Turco, y consideró su derecho asentar sobre sus ruinas un Imperio árabe y musulmán, basándose en unas promesas supuestamente hechas por el Imperio Británico... lo que nunca ocurrió. Aún sigue hablándose de la "traición" de los países occidentales al mundo árabe; pero, como veremos, esto dista mucho de la verdad. 

En la historiografía británica y occidental de entreguerras (1919-1939) y, por supuesto, en la versión árabe posterior, prevaleció la imagen de un nacionalismo árabe ingenuo e idealista que trató de liberarse de las cadenas otomanas y fue engañado por los poderes imperialistas (ingleses y franceses) que traicionaron los deseos de libertad del Mundo Árabe. Nada más lejos de la realidad, como vamos a ver en las entradas que siguen.