lunes, 11 de agosto de 2014

EL APOYO PALESTINO AL EJE (I): DESDE LOS INICIOS A 1939

Hadj  Amin Al-Husayni
INTRODUCCIÓN

Uno de los argumentos más utilizados por quienes contradicen el derecho a existir del Estado de Israel es que la creación de dicho Estado se debió a la mala conciencia de los países europeos (y EEUU, potencia hermana y aliada de la Gran Bretaña) por la persecución secular de los judíos en Europa y en el mundo cristiano en general, que culminó en el exterminio de varios millones de judíos por los nazis ante la inacción del resto de las potencias.

En realidad, esto no sería cierto aunque fuera cierto, permítaseme el retruécano. Que en el mundo musulmán no se llegase a cometer las barbaridades que cometió Alemania durante el gobierno nacionalsocialista, no quiere decir que fuesen tratados con equidad y justicia. Un judío era siempre un ciudadano de segunda clase, obligado a pagar un impuesto especial y periódicas multas cuando el gobernante andaba corto de fondos; no podía dirigir la palabra a un musulmán y debía siempre tolerar sus insultos, sus escupitajos, o sus agresiones físicas (aunque se tratase de un crío musulmán que tirase una piedra a un anciano judío); su palabra ante la justicia no era válida frente a la de un musulmán; y, por no seguir una materia que daría para muchas entradas, sus barrios y propiedades eran asaltadas, sus ancianos y mujeres humilladas, sus ahorros robados, cada vez que había una sequía, peste o ejército enemigo a la vista de lo que culpar a los judíos.

Pero no es este el objetivo de la entrada. Con ser importante el maltrato sistemático de los árabes y musulmanes hacia los judíos (repásese Al-Qurán en cuanto a las suras o sentencias sobre ellos) interesa ahora conocer cómo recibió el mundo árabe y musulmán -y, específicamente, los árabes palestinos- el auge de Hitler y el III Reich. Indirectamente, esta entrada tratará de responder a la siguiente cuestión:

¿Es cierto que el nacimiento del Estado de Israel fue fruto de "una mala conciencia" de la comunidad occidental, que creó un país de acogida para los judíos, desposeyendo a un pueblo -el palestino- que no tenía ni parte ni culpa en el Holocausto?

EL DESPERTAR DEL NACIONALISMO ÁRABE PALESTINO

Durante toda la década de los treinta en el siglo XX las tensiones políticas entre los árabes palestinos oscilan entre el panarabismo y el nacionalismo palestino, ambos campos unidos en un feroz antisionismo. El auge del movimiento nacionalsocialista en Alemania, con la toma del poder de Adolf Hitler, y las noticias que llegaban sobre la persecución de los judíos, servía de ejemplo a los árabes en su propia lucha contra británicos y judíos. Diarios como "Al-Karmil"* (1), fundado y editado por Najib Nassar*, cercano a la familia Nashabishi*; "Philastin", o "Al-Jami'a al-'Arabiyya", inspirado por los Husayni*. abogaban por la aparición de un Hitler árabe que "haga despertar a los árabes y les una bajo su liderazgo, para que hagan lo que se debe hacer".

Respecto al problema judío en Alemania, en general predominaron artículos que minimizaban o justificaban los crímenes nazis, aunque al mismo tiempo pueden encontrarse artículos críticos con los nazis y sus aliados fascistas(2)cuya agresividad hacía temer a los árabes moderados el estallido de una nueva guerra mundial. También se veía con prevención la posibilidad de que las persecuciones antisemitas alemanas causaran un aumento de la inmigración judía a Palestina, y se temía que la política de "superioridad racial" nacionalsocialista acabase colocando a los árabes en el bando de los untermensch.

Pero no nos engañemos: fueran cuales fueran las suspicacias de los árabes respecto a sus posibles aliados, no se extendían hasta el punto de tener compasión a sus víctimas, los judíos; "Philastin" publicaba en 1934:
Los árabes palestinos no necesitan de nazis o fascistas para ser enemigos de los sionistas. El odio contra el complot sionista en Palestina surgió mucho antes que el nazismo o el fascismo.
Y la admiración por Hitler superaba las sospechas que pudiesen tener hacia su racismo, incluso antes de su ascenso al poder. En 1932 a Hitler se le dio en Siria el apelativo de "Abu Ali" ("Padre de la Nobleza") y, en Egipto, "Muhammad Haidar" ("El León de Muhammad"). Una canción popular en Egipto a finales de los 30 decía "No más Monsieur, no más Mister; en el Cielo Allah, en la tierra Hitler"(3)

Sin embargo, fue Hadj Amin al-Husayni,* nombrado Muftí de Jerusalén en 1921 por el Alto Comisionado del Mandato de Palestina Sir Herbert Samuel, y elegido Presidente del Consejo Supremo Musulmán* desde 1922 - lo que hacía de él más influyente de los políticos árabes palestinos de la época- quien mostró más entusiasmo por la victoria de Hitler. Nada más conocer las noticias de Alemania, fue a visitar al cónsul germano en Jerusalén, a quien declaró que "los musulmanes de dentro y fuera de Palestina dan la bienvenida al nuevo régimen dirigente en Alemania y desean que el Fascismo se extienda a través de la región". Además, declaró que "apoyaba la política nacionalsocialista hacia los judíos" y se ofreció a "tratar de persuadir a los musulmanes de todo el mundo para que se procurase la adopción de políticas similares" en sus países y a apoyar un eventual "boycot" contra los judíos en todo el mundo.

Recordemos que esta entrevista se produce en 1933, muy poco tiempo tras el nombramiento de Hitler como canciller. Podemos asegurar que Hadj Amin había seguido muy de cerca la carrera y las obras de Adolf Hitler, y que, aunque mucha gente ha tratado de disminuir su propia complicidad o negligencia en la conquista del poder de los nacionalsocialistas y los crímenes que siguieron afirmando que "no le habían tomado en serio", las pruebas de lo que iba a venir estaban ahí, y sólo había que abrir los ojos.

Emblema del Partido Social Nacionalista Sirio
En marzo de 1935, los Husayni fundan un partido inspirado en el NSDAP: el Partido Árabe Palestino. cuyo presidente es Jamal Al-Husayni. El partido posee además una organización juvenil paramilitar, Al Futuwwa (4) modelada según las "Juventudes Hitlerianas", y que incluso recibe el nombre popular de Nazi Scouts. Existía en aquel tiempo otro partido que competía con los Husayni por los favores del creciente poder de la Alemania de Hitler: el Partido Social Nacionalista Sirio* (PSNS), creado en 1932 con ideología fascista, anticolonialista, imperialista árabe y antisemita, que abogaba por la unión de una Gran Siria que incluiría las actuales Siria, Líbano, Chipre, Jordania, Iraq, Kuwait, Palestina (hasta el canal de Suez) y partes de la actual Turquía e Irán. Su influjo sobre Palestina fue limitado debido a que sus aspiraciones chocaron firmemente con los de los Husayni y, por supuesto, con el control sobre la región de británicos y franceses.

LA "GRAN REVUELTA ÁRABE" (5)


El Muftí pasa revista a las tropas.
Portada de la revista Viena Ilustrada
En Abril de 1936 la comunidad árabe de Palestina es convocada por Amin Al-Husayni a una huelga general; entre los factores desencadenantes, además de la mala situación económica de los campesinos y trabajadores árabes, encontramos un franco rechazo a la presencia británica y a la inmigración judía. El 25 de Abril se funda el Alto Comité Árabe, bajo el impulso de Amin Al-Husayni, con la inclusión de representantes de todos los grupos políticos y familias importantes de la Palestina árabe, pero que terminará controlado por los Husayni, que apartaron a otras familias más moderadas, como los Nashabishi, Al-Khatib, Khalidi o Nusseibeh, mediante el terror extremista y utilizando el fanatismo religioso para denunciarles como "colaboradores de los judíos y los ingleses".

La huelga desemboca en la Gran Revuelta Árabe de 1936-1939*. Entre 1933 y 1936 Al Husayni había recibido fondos de la Alemania nazi, canalizados principalmente a través de los cónsules alemanes en Jerusalén (Hans Döhle) y en Bagdad, (Fritz Grobba),  y los agentes nazis en Siria. En 1935 también recibió apoyo en la Italia de Mussolini*,  cuya intención de desestabilizar al imperio Británico le llevó a gastar unas £150000 entre 1935 y 1938 (6) a través de negociaciones con el cónsul italiano en Jerusalén, Mariano de Angelis, en un primer momento, y luego a través del Ministro de Exteriores Galeazzo Ciano y del S.I.M.***. En 1937, tras el estallido de la Revuelta, el Mufti también recibió fondos y armas, canalizados a través de agentes alemanes (Adam Vollhardt y Franz Reichart), según documentos británicos.

En plena Revuelta Árabe se produce -en Octubre de 1937- la visita de una misión alemana a Palestina y Egipto. Entre sus miembros, camuflados como estudiantes o periodistas, están el Standartenführer SS Schwarz (cabeza de la expedición), el Sturmbannführer SS Herbert Hagen y el Untersturmführer Adolf Eichmann.(7) Con el consentimiento de Reynhard Heydrich, habían contactado con un miembro de la Haganah, Feivel Polkes, y al trasladarse a Palestina esperaban negociar con representantes judíos -en el marco de los "Acuerdos de Traslado"- la emigración expulsión de varios miles de judíos ricos de Alemania hacia Palestina, a cambio de gran parte de sus propiedades. El objetivo de los nazis era doblemente beneficioso para ellos: confiscar gran parte del dinero judío de una manera aparentemente "respetable" y aumentar el rechazo de la población árabe hacia los británicos.

Pero, por supuesto, Alemania no tenía interés en perder imagen ante los árabes y musulmanes, ni en favorecer un estado fuerte e independiente judío en Palestina. La misión alemana, al parecer, había tenido la intención de entrevistarse con el Muftí, pero tras el asesinato del Gobernador de Galilea, Lewis Andrews*, los británicos le habían depuesto y había tenido que refugiarse en el Haram del Monte del Templo. De allí huiría al Líbano el 13 o 14 de Octubre de 1937. Los alemanes se tuvieron que conformar con entrevistarse con colaboradores de Amin al- Husayni en El Cairo, donde les transmitieron sus intenciones de expulsar a los británicos de Oriente Medio y crear una especie de Protectorado árabe donde, a su tiempo, podrían encargarse de los judíos.

La misión alemana acabó en fracaso. Al parecer, si bien los alemanes no habían contado todas sus intenciones a Polkes (dejar salir hoy a los judíos no quería decir que renunciasen a "ajustarles las cuentas") los judíos habían hecho lo propio: la Haganah desconfiaba de los alemanes y su intención parece haber sido más bien la de evitar que los alemanes apoyaran a la Revuelta Árabe y sembrar inquietud en el Foreign Office, que se inclinaba a apaciguar a los árabes ofreciéndoles concesiones, mientras daba el apoyo judío a los británicos por descontado (8).

En general, la mayoría de los jefes de Estado árabes de la época simpatizaban con el nazismo. Encontramos ejemplos de las ambiguas relaciones entre el mundo árabe, Reino Unido, y la Alemania nazi en el rey Farouk de Egipto, en Ghazi de Iraq. y en el rey Ibn Saud de Arabia. Los manejos de este último culminaron con la visita de Khalid al-Hud al-Gargani, enviado personal del rey, a la residencia de montaña de Hitler, en Berchestgaden, donde tuvo ocasión de expresar al Führer la admiración de Ibn Saud por los logros conseguidos en Alemania, así como por el trato dispensado a la "cuestión judía". Hitler, por su parte, comentó que la causa árabe despertaba su simpatía...
...porque peleamos conjuntamente contra los judíos. Esto le llevó [a Hitler] a discutir sobre Palestina y sus condiciones, y declaró que él mismo no descansaría hasta que el último judío abandonase Alemania. Khalid al Hud observó que el profeta Muhammad había actuado de la misma manera. Había expulsado a los judíos de Arabia...:
Pese a aparentar oficialmente ser un aliado de Inglaterra, al parecer Arabia Saudí estuvo involucrada en la voladura de un oleoducto británico en Iraq, y el gobierno de Ibn Saud dio asilo al agente alemán Fritz Grobba, más adelante también involucrado en el Golpe de Estado antibritánico de 1941 en Iraq.

Imagino que el lector poco informado de esta época de la Historia se extrañará, y hasta se escandalizará, al ver cómo políticos respetados por su sociedad negociaran tranquilamente con asesinos como Hitler, Eichmann, Heydrich, o Mussolini. Vamos a hacer una aclaración.

Es importante recordar que en esos momentos, Alemania era una nación soberana con un régimen que había subido al poder legalmente y era aceptado por la comunidad internacional. Aunque los crímenes que llevaron a cabo años después horrorizaron al mundo, por aquel entonces no se habían producido, y el antisemitismo nazi -aunque ya claramente expresado en Mein Kampf y multitud de intervenciones públicas de los jerarcas nazis- se consideraba simplemente una manera de inflamar a las masas, no muy diferente de las persecuciones sufridas durante todo el siglo XX en Polonia y Rusia, sin ir más lejos. Las negociaciones de los nazis con los árabes, e incluso con los judíos -más si se llevan a cabo con con suspicacia, poca sinceridad y doblez por ambas partes- no deberían sorprendernos tanto: después de todo, no hay cosa más mutable que las alianzas militares, como se ha comprobado en muchas ocasiones.

Tampoco debería extrañar demasiado que Al Husayni buscase ayuda -aunque, obviamente, ocultándolo de los británicos- en el gobierno fascista italiano. El régimen de Mussolini era, desde luego, violento y represor pero hay que recordar que, en esa época (1922-1939) pocos países europeos eran democráticos, e incluso muchos políticos respetados franceses o británicos (Daladier, Churchill) consideraban que países como Italia necesitaban una mano firme y veían a Mussolini un excelente negociador, un hombre de paz, y contrapeso ante el temible Hitler.

Otra cosa es, desde luego, negociar o apoyar al Eje cuando ya la guerra estaba en marcha y, además, las personas íntimamente relacionadas con el III Reich no podían ignorar las atrocidades cometidas. Pero eso es cosa de la siguiente entrada.

EL "LIBRO BLANCO"

La Revuelta Árabe acabó en 1939, con una completa derrota militar y política para los árabes, que traería nefastas consecuencias cuando, una década después, afrontasen una guerra contra Israel. Políticamente, y aunque Al-Husayni aprovechó la Revuelta para emerger como dueño indiscutido de la Palestina árabe, la desaparición o exilio de una gran mayoría de los árabes palestinos moderados y muchos de los intelectuales, periodistas, etc, supuso un retroceso político absolutamente crucial para su pueblo.

Sin embargo. el bando árabe obtuvo un triunfo político que podría haber sido muy importante, de haberlo explotado los árabes con más habilidad: la aprobación del "Libro Blanco de McDonald (1939)" que restringía drásticamente la inmigración. Para los judíos resultó un golpe demoledor, pero sus rivales tampoco lo aceptaron, considerándolo insuficiente, Ambos bandos expresaron su rechazo del plan a los británicos. Sin embargo los judíos aparcaron su rencor, por el momento, para hacer frente a un peligro mucho mayor, la Alemania e Hitler. En cambio, los árabes perdieron una oportunidad de oro para prepararse, bajo la tutela de los británicos, para convertirse en una sociedad política y militarmente moderna: permanecieron enquistados en una sociedad feudal esperando que los nazis les ayudaran a liberarse de los "opresores" y a vengarse de los ultrajes recibidos.

Pero esto lo veremos en otra entrada.
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* Enlaces en inglés. Aunque mis preferencias serán siempre enlazar a información en español, aunque sea menos completa, en algunos casos la diferencia en la información ofrecida justifica enlazar a páginas en otros idiomas. Ruego disculpen las molestias.
**Enlaces en francés
***Enlaces en otros idiomas
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NOTAS

  1. "From Empathy to Denial: Arab Responses to the Holocaust"; Litvak, M, and Webman, E; Hursh Publishers, UK, 2009 (Pg 296)
  2. "Arab Responses to Fascism and Nazism: Attraction and Repulsion"; Gershoni, I; University of Texas Press, 2014.
  3. Referencias para esta admiración pueden encontrarse a decenas. Algunas de ellas en "The Nazi Connection to Islamic Terrorism: Adolf Hitler and Haj Amin Al-Husseini"; Murse, C; iUniverse Inc (2003), Pgs 30 y ss.
  4. "The PLO: the rise and fall of the Palestine Liberation Organization": Becker, Jillian; St Marrttins Print, 1988 (Pg 19)
  5. Enlace a la primera de las cuatro entradas que dedica este blog a estos sucesos.
  6. "Mussolini: 1940-45. Mussolini l'alleato I. (L'Italia in guerra 1940-43)" De Felice, Renzo. 1990 (Pg 210-211) 
  7. "Zionism and anti-Semitins in Nazi Germany". Nicosia, Francis R. Cambridge University Press. 2008. (Pg 125) 
  8. Varias cosas hacen plausible esta interpretación de los hechos: Feivel Polkes, al parecer, aumentó su propia importancia dentro de la Mossad Aliyah Bet y el Haganah, y ofreció a los alemanes un trato con elementos que resultaban muy difíciles de cumplir: apoyo a los alemanes en Oriente Medio, acceso a los recursos petrolíferos de la región, incluso una resistencia armada a los británicos y los árabes si los alemanes les facilitaban armas. Además, Polkes no apareció en la primera reunión concertada -a celebrar en Haifa- y les obligó a seguir viaje a Egipto, donde sí se entrevistaron, pero luego alguien advirtió a los británicos de la presencia de los enviados nazis y no pudieron regresar a Palestina, rompiendo "oportunamente" el contacto. Por último, el director de 1937 de la Mossad Aliyah Bet, Shaul Avigur, negó en una entrevista treinta años después que Polkes contara con el apoyo de su organización, pero parece muy raro que Polkes urdiese todo el tinglado y corriese estos riesgos por su cuenta...

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