lunes, 27 de octubre de 2025

"THE WHITE PAPER" 1939: UN LIBRO QUE NO GUSTÓ A NADIE

Como todos ustedes sabrán, las oleadas de inmigración judía a Palestina empezaron en el último tercio del siglo XIX. Se reconocen cinco Aliot (plural de Aliyah, "ascenso") u oleadas de inmigrantes hasta 1939. Las cuatro primeras vinieron sobre todo de Europa Oriental (Rusia y Polonia); la última, de Alemania, por la persecución nazi.

"The White Paper" de 1939
A pesar de ser la Palestina otomana (luego parte del Mandato Británico) un territorio poco poblado (contaba con 500000 habitantes hacia 1885 y 750000 en 1922 (1) (2), frente a los 15 millones actuales de Israel más Cisjordania y Gaza); y, a pesar de las buenas relaciones en la posguerra de la Primera Guerra Mundial entre sionistas y nacionalistas árabes (como demostró el pacto entre Chaim Weizmann y Faysal Ibn Husayn en 1919), que auguraba que la hostilidad árabes - judíos no era inevitable, a partir de 1920 la convivencia entre ambas comunidades fue empeorando rápidamente.

Tras la aparición en la política regional de Amin Al-Husayni en 1920 y su nombramiento como Muftí de Jerusalén al año siguiente, la situación escaló hacia una xenofobia y violencia antijudía (y antibritánica), contestada pronto por represalias de los extremistas judíos y agresiva intervención británica.

La situación fue empeorando; y, entre 1936-1939, Palestina sufrió una situación de virtual guerra civil, con los nacionalistas del clan al-Husayni y sus aliados enfrentándose a judíos, británicos y árabes moderados. Aunque la Revuelta Árabe fue derrotada, paradójicamente logró uno de sus objetivos: El Reino Unido publicó el "Libro Blanco" de 1939, que daba un golpe demoledor a la inmigración judía... en vísperas de la Shoá.

¿Cómo se llegó a ésto? Veámoslo.

Antecedentes

Durante la Primera Guerra Mundial, el Imperio Británico (como todos los contendientes) mantuvo un intenso esfuerzo diplomático por ampliar la base de sus aliados, al tiempo que intentaba que sus enemigos no pudieran hacer lo mismo. Respecto al Oriente Medio, dos hitos han quedado para la Historia:
  • Las cartas Husayn-McMahon, a la que la parte árabe ha dado gran importancia, por considerar que se prometía una Gran Patria Árabe. Pero, en realidad, ni McMahon tenía poderes para negociar fronteras; ni podían aprobarse pactos que no refrendasen los aliados con intereses en la zona (Rusia y Francia) y otros sheiks árabes de la región; ni se concretó nada sobre Palestina, ni se produjo como consecuencia ningún tratado que se aprobase en el Parlamento británico.
  • La Declaración Balfour, demonizada por los árabes y glorificada en el mundo sionista, pero que en el fondo no era más que una declaración de intenciones, crear un "Hogar Nacional" (no se hablaba de un país, sino de un territorio que serviría de refugio) y, por supuesto, para implantarlo había que ganar la guerra.
En realidad, lo que pone la inmigración sobre el tablero de la mesa es la concesión a Gran Bretaña del Mandato de Palestina tras la Conferencia de San Remo de 1920, y su ratificación por el Consejo de la Sociedad de Naciones en 1922. En su artículo 6º, el Consejo declara que "La Administración de Palestina [...] facilitará la inmigración judía en condiciones adecuadas y estimulará[...] el asentamiento de judíos en la tierra, incluidas las tierras estatales y las tierras baldías..." Bien es cierto que se hacía hincapié en lo perjudicar los intereses de la población ya asentada allí, pero en un territorio relativamente despoblado, y con la experiencia de haber comprobado el empuje que había aportado los inmigrantes judíos en las décadas anteriores, gran parte de los dirigentes palestinos moderados (árabes y judíos) consideraban factible y útil para ambas partes llegar a acuerdos.

El contacto más importante fue entre Chaim Weizmann y Faysal Ibn Husayn, que llegaron a firmar el Acuerdo Faysal-Weizmann, que preveía un apoyo de los judíos a un Reino Árabe en la Gran Siria (bajo el mando de los Hashemitas, claro) que excluiría a Palestina (con unas fronteras que no se especificaban) donde se admitiría y apoyaría un asentamiento judío y, posiblemente, una forma de autogobierno.

Finalmente, el Acuerdo no tuvo ninguna aplicación; en parte porque encontró gran resistencia entre algunos sionistas, el Consejo Pan-sirio e incluyo el padre de Faysal, Husayn, pero sobre todo porque los franceses acabaron expulsando a Faysal de Siria y el Reino de la Gran Siria se convirtió en cenizas, pero mostró al mundo que existía la posibilidad de un buen entendimiento entre ambos pueblos.

El Gran Muftí de Jerusalén de 1921 a 1937
En la propia Palestina, aunque la inmigración y la compra de tierras por los sionistas (3) habían despertado sentimientos xenófobos en la población árabe y dado impulso a la tímida aparición del nacionalismo árabe, fue a partir de 1920, con el nombramiento de Amin al Husayni como Muftí de Jerusalén y el inicio de la hegemonía del clan al Husayni en la sociedad palestina, cuando ésta se va radicalizando cada vez más contra el sionismo y el asentamiento judío, los británicos y el colonialismo europeo, y se abandona el panarabismo por el nacionalismo palestino (4)
 

Siguieron dos décadas de pogroms antijudíos, represalias de la parte más extremista de la comunidad judía, represión de los opositores árabes al Muftí, e intentos de los británicos de mantener la paz con medidas legales combinadas con disciplina, en ocasiones brutal, y todo bañado en paternalismo.

En 1935 estalló la revuelta de Izzadin al-Qassam, y entre 1936 y 39 la "Gran Revuelta Árabe", supuestamente contra británicos y judíos, pero que al-Husayni aprovechó para limpiar la sociedad árabe de opositores. La rebelión supuso una derrota militar rotunda para ellos, y un desastre aún más devastador para el conjunto de la comunidad árabe que perdió buena parte de sus dirigentes más moderados por muerte o exilio, vio arruinadas sus cosechas y destruida su escasa industria y, en general, sufrió un retroceso de varias décadas en cuanto a progreso respecto a la Comunidad Judía.

Durante el conflicto, tras el fracaso de la Huelga General y durante un periodo de calma tensa, el gobierno creó en 1936 una Comisión, llamada "Comisión Peel" por su presidente Sir Robert Peel,* para estudiar las causas de la Revuelta e hizo llegar al Parlamento británico su recomendación de llevar a cabo una Partición. Los judíos aceptaron la propuesta, pero la parte árabe la rechazó violentamente y reanudó la rebelión. Otra comisión, la "Comisión Woodhead"*, creada para estudiar la implementación práctica del "Informe Peel", recomendó una Partición diferente, con un Estado Judío reducido a una minúscula expresión y enormes subvenciones al futuro Estado Árabe, tanto por parte de los judíos como de los británicos.

Estás conclusiones fueron rechazadas tanto por judíos como árabes (que no veían otra salida que un estado unitario de mayoría árabe e independencia inmediata) y por el Parlamento británico, que decidió convocar una conferencia de paz, con todas las partes, en el Palacio de St James de Londres en febrero de 1939.

Conferencia de Londres

Se desarrolló entre el 7 de Febrero hasta el 17 de marzo de 1939, y fue extremadamente tormentosa. La Conferencia estaba preparada por el Secretario Colonial del Imperio Británico, Malcolm MacDonald, que estaba asistido por sus asesores. Ocasionalmente asistieron también Neville Chamberlain, el Primer Ministro, y Halifax, el Ministro de Exteriores.

La Delegación Árabe debía contar con representantes de los árabes palestinos y de los países árabes más prominentes de Oriente Medio (Egipto, Arabia Saudita, Iraq, Yemen y Transjordania). Para elegir a los representantes palestinos hubo problemas: no había otra manera de elegirlos que tratar con el Comite Superior Nacional (HNC), disuelto a raíz de su responsabilidad en la Gran Revuelta Árabe, y con el más influyente de sus miembros, Amin al-Husayni (huido a Beirut) y sus partidarios. El clan al-Husayni intentó por todos los medios que no se incluyera ningún representante de otros clanes opositores, como el National Defense Party* (NDP) del clan Nashashibi*, más moderados que el Palestine Arab Party* (PAP) de los Husayni, que estaba dirigido por Jamal al-Husayni*, hermano del Muftí y huido a Siria e Iraq. Los británicos accedieron a que varios de los más importantes miembros del disuelto HNC. que estaban deportados a las Seychelles, se unieran a Jamal Husayni en un recompuesto HNC, aunque pusieron el veto a Amin al-Husayni. La Conferencia se inició sin la presencia de miembros del NDP; pero, tras unos días de duros enfrentamientos entre partidarios de los Nashashibi y de los Husayni, finalmente se llegó a un acuerdo entre los representantes árabes, y fueron admitidos a la Conferencia Raghib al-Nashahibi* y Ya'aqoub Farraj, pero dos dias después del inicio.

Representantes británicos (presididos por Neville
Chamberlain) y árabes, en primer plano

La Delegación Judía (encabezada por Chain Weizmann, pero que dirigió, incontestablemente, David Ben Gurion, presidente del Ejecutivo de la Agencia Judía); incluía sionistas de EEUU y Reino Unido, representantes de los judíos ortodoxos, e incluso judíos no sionistas. En cambio, se vetó a Herbert Samuel (Alto Comisionado de Palestina de 1920 a 1925), a quien Ben Gurion y otros sionistas veían como uno de los responsables del cambio de la política de Gran Bretaña en el asunto de la inmigración (por no decir que fue quien eligió Muftí a Amin al-Husayni).

Los árabes se negaron, desde la conferencia inaugural, a sentarse en la misma sala que los judíos; por lo tanto, las conversaciones tuvieron que desarrollarse entre británicos y judíos, por un lado, y árabes y británicos, por el otro, sirviendo estos últimos como "bisagra".

Propuestas de las delegaciones

Resultaría muy largo hacer un relato de todas las reuniones entre las tres delegaciones, y las conversaciones que se entablaron en ellas. Vamos a resumir las propuestas de las partes (6).

  • Propuestas de la Delegación Árabe, expuesta por Jamal al-Husseini, el 9 de Febrero;
    • Reconocimiento del derecho árabe a la independencia en su propio país; los límites de ese estado debían concretarse partiendo de la Correspondencia Husayn-McMahon pero, en los debates entre británicos y árabes durante la Conferencia, las dos partes no se pusieron de acuerdo en lo que significaban algunos puntos; singularmente, si Palestina estaba incluida en los territorios de que trató la famosa Correspondencia.
    • Abandono de la postura favorable al establecimiento de un Hogar Nacional Judío en Palestina. Tampoco aquí los británicos estaban de acuerdo, pues éste era uno de los principales motivos del establecimiento del Mandato por la Sociedad de Naciones.
    • Abolición del Mandato, y sustitución por un Tratado con el Estado Árabe independiente que se crearía. Este punto debía quedar supeditado a la creación de dicho Estado que, a su vez, junto con la Abolición del Mandato, quedaría pendiente de la aprobación de la Sociedad de Naciones.
    • Cese inmediato y absoluto de la venta de tierras a los judíos y de la inmigración judía a Palestina. Incluso, de acuerdo con la postura más extremista del Muftí Amin al-Husayni, sus partidarios pedían la expulsión (vaya usted a saber cómo) de los judíos que habían ingresado en el Mandato posteriormente a 1917, legal o ilegalmente. (7)
  • Propuestas de la Delegación judío-sionista, presentadas por Dr. Weizmann tras la inauguración:
    • Rechazo frontal a que se fijase de manera definitiva un estatus de minoría para la Comunidad Judía en Palestina, que haría imposible ofrecer un "Refugio" a los judíos perseguidos del mundo (evidentemente, se pensaba en Alemania).
    • Continuación del Mandato en sus términos originales fijados por la Sociedad de Naciones.
    • Continuar la inmigración con el único tope de la capacidad absortiva del país, según sus posibilidades económicas
    • Política activa de inversiones del Reino Unido en Palestina, que beneficiaría tanto a las comunidad judía como, sobre todo, a los árabes, (mucho más empobrecidos) favoreciendo, indirectamente, la tolerancia árabe a los judíos.
Desde el principio de los debates trilaterales quedó claro que los británicos tenían intención de ceder a las demandas de los árabes en mayor grado, incluso, de lo que las partes esperaban antes de abrir la Conferencia. No sólo accedieron a publicar el texto literal en inglés de la Correspondencia Husayn-McMahon (lo que no se había hecho hasta ahora) sino que renunciaron a responder a los árabes con lo evidente (que la correspondencia se cortó cuando no se llegó a un acuerdo, sin llegar a debatirse en el Parlamento, ni ningún pacto fue autorizado por el Secretario de Colonias, Bonar Law; ni por el Secretario de Estado de Exteriores, Edward Grey), y el 26 de Febrero ofrecieron a los judíos una "solución" que sonaba extraordinariamente parecida a las propuestas árabes:
    • Abolición del Mandato de Palestina
    • Convocatoria de una Mesa Redonda en Otoño de 1939 donde se abordaría la creación de una "Gran Siria" árabe, o bien un Estado Palestino unitario árabe, protegido por el Imperio Británico; en cualquiera de los dos casos, los judíos serían una minoría, que tendría "garantías" que no se concretaban
    • Dado el estatus de minoría de los judíos en el Estado Árabe que se construyera, quedaría limitada necesariamente la inmigración judía y no sería posible la formación de un "Hogar Nacional" o "Refugio" para los judíos del mundo.
Los judíos mantenían una campaña rotundamente opuesta a estas propuestas; y, por si fuera poco, la propuesta de crear un Estado Árabe con una minoría judía con "garantías" sonaba extrañamente parecida al tratado de la independencia de Iraq en 1932 con las "garantías" ofrecidas por los británicos a la minoría cristiana asiria, que sin embargo fue masacrada* por el gobierno iraquí, sin que los británicos hiciesen nada para evitarlo; por el contrario, contribuyeron a ocultar la masacre ante la Sociedad de Naciones.

Las líneas generales de estas propuestas alcanzaron Palestina y fueron acogidas con alegría  por la población árabe (curiosamente, predominaba el regocijo por la "humillación y la derrota" infligida a los británicos sobre el agradecimiento a la generosidad británica) e indignación entre la población judía, que se tradujo en violencia, con la colocación de varios artefactos explosivos por los extremistas judíos (8)

La vehemencia con que los judíos se opusieron a las propuestas británicas, junto con el recuerdo (incluso dentro del Parlamento británico) de lo sucedido con la minoría asiria en Iraq, condujo a la retirada del proyecto, que el Gobierno Británico declaró que se había "malinterpretado". Sin embargo, si oficialmente el Gobierno Británico retiró sus proposiciones, no por ello dejó de lado la línea general que había expresado en ellas.

En cuanto a la Delegación Árabe, aunque lo ofrecido era más de lo que los árabes esperaban obtener antes de la Conferencia, incluso en la visión más optimista, no estaban dispuestos a esperar hasta otoño de 1939; exigieron que la cancelación del Mandato, la independencia árabe y el cese absoluto de la inmigración judía y la prohibición de compra de tierras por el Yishuv fueran firmados en la Conferencia y de aplicación inmediata.

El 6 de Marzo, conscientes de la benevolencia británica hacia su postura, el Subsecretario egipcio de Asuntos Exteriores viajó a Beirut para rogarle a Amin al-Husayni que reconsiderase su postura y aceptase las propuestas británicas. Sin embargo, el Muftí no dio su brazo a torcer y mantuvo sus instrucciones de rechazarlas si no se firmaban inmediatamente, lo cual muestra a las claras quién mandaba en realidad en la Delegación Árabe. (9)  

El Libro Blanco ("White Paper")

La Conferencia había fracasado. Muchos delegados fueron abandonando la ciudad antes de la fecha prevista para la ceremonia de clausura, que se había fijado para el 17 de Marzo. El día 15 de Marzo, el ejército alemán invadió Checoslovaquia y proclamó el Protectorado de Bohemia y Moravia,  añadiendo 116000 judíos (más de los que el Libro Blanco iba a permitir que emigrasen a Palestina desde que entrase en vigor) a los judíos apátridas alemanes y austríacos.

El mismo día 15 de Marzo, sin tiempo para mayor debate, el Gobierno Británico hizo llegar a las Delegaciones árabe y judía sus conclusiones finales, que fueron publicados dos meses después (el 17 de Mayo de 1939) como Libro Blanco*Los puntos relevantes eran:

Clasificación de tierras
y límites de las regiones
de transferencia de tierras
según The White Paper

  • En los siguientes 5 años se permitiría una entrada de 10000 inmigrantes por año, a lo que se añadiría un cupo especial de 25000 judíos más "como contribución a la solución del problema de los refugiados judíos" (refiriéndose a la persecución que sufrían en varios países europeos). Es decir, se permitiría la entrada de un máximo de 75000 judíos (cifra que se consideraba acorde con la capacidad absortiva de la economía); y, posteriormente, la entrada de más judíos se permitiría sólo si la Comunidad Árabe estaba de acuerdo... Todo el mundo comprendía que esta última posibilidad equivalía al cese absoluto de la inmigración. Los cálculos de los británicos estimaban que el máximo de judíos no debía sobrepasar 1/3 de la población total.
  • En lo referente a la compra de tierras, se consideraba que la compra de tierras de la comunidad judía a propietarios árabes durante los últimos años había empobrecido a la comunidad árabe y, de continuar, crearía pronto "una considerable población árabe sin tierras";  por lo tanto, "para que los agricultores árabes mantengan su nivel de vida actual", Palestina sería dividida en tres zonas en cuanto a la transferencia de tierras de la comunidad árabe a la no-árabe; los porcentajes, fijados en Marzo de 1940, eran: A) Prohibida (63 %); B) Gravemente Restringida, y requiriendo aprobación del Alto Comisionado (32%) y C) Permitida. Las tierras del grupo C) eran sólo un 5 % del total. (10)
  • Transferencia del poder a un gobierno representativo en un plazo de 10 años; este plazo quedaba supeditado al final de la violencia y a que las comunidades árabe y judía estuvieran en disposición de colaborar pacíficamente; en caso de que, en el plazo de 10 años el Gobierno de Su Majestad no se cumplieran estas condiciones, reconsideraría la situación. (11)
  • Para favorecer el objetivo de convertir Palestina en un plazo de 10 años en un país independiente donde convivieran en armonía árabes y judíos, se fomentaría la inclusión en la Administración de dirigentes árabes y judíos, siempre siguiendo el sistema de "cuotas", por el cual los judíos no sobrepasarían un tercio de los cargos nombrados.

Reacciones

Por descontado, la reacción más negativa fue la del Yishuv (Comunidad Judía); no por esperada, la decisión británica de cortar la inmigración y la compra de tierras resultó menos devastadora para ellos, en unos momentos en que los judíos europeos estaban siendo perseguidos (y, aunque no lo sabían, al borde de la destrucción) y, por tanto, resultaba trascendental la posibilidad de un "Hogar Nacional" que sirviera de refugio... y que el "Libro Blanco" cerraba.

Pese a todo, la mayoría de la Comunidad Judía, representaba por la Agencia Judía y su Ejército de Defensa (Haganah) decidió mantener una actitud de contención ("Debemos luchar contra Hitler como si no hubiera un Libro Blanco, y contra el Libro Británico como si no hubiese un Hitler", en palabras de Ben Gurion al estallar la guerra en Septiempre de 1939)

En Reino Unido hubo opiniones enfrentadas: reputados políticos de la oposición liberal, como Lloyd George* o James de Rothschild* se manifestaron contra el Libro Blanco y se escucharon palabras como "perfidia" y se denunció el golpe mortal dado a los judíos europeos; pero también los conservadores Winston Churchill(que comparó el Libro Blanco con los Acuerdos de Munich), e incluso el Secretario de Estado de Guerra Leslie Hore-Belisha* (judío) se manifestaron en contra. 

En el Parlamento Británico se discutió el Libro Blanco, aprobándolo por 268-179 en los Comunes, y se rechazó una moción que proponía que, dado que las propuestas del Gobierno "son incompatibles con la letra y el espíritu del Mandato y no están diseñadas para garantizar el desarrollo pacífico y próspero de Palestina" el Parlamento no se debería comprometer hasta que fueran examinadas por la Comisión Permanente de los Mandatos de la Sociedad de Naciones.

En Junio, la Comisión Permanente de Mandatos de la SN, precisamente, votó por unanimidad que el Libro Blanco entraba en conflicto con la política de la Potencia Mandataria autorizada por la SN y añadió que las recomendaciones incluidas en el "Informe Peel" no habían perdido su vigor, incluso la posibilidad de un Partición. La cuestión se remitía al Consejo de la Sociedad de Naciones para su consideración y McDonald declaró que, si el Consejo consideraba también que el Libro Blanco alteraba sus obligaciones con el Mandato, el Parlamento discutiría nuevamente el asunto.

Desgraciadamente para los opuestos al Libro Blanco, el estallido de la guerra impidió un estudio o debate del problema en el Consejo.

Lo más extraño para los observadores británicos e internacionales fue el rechazo inicial de los representantes árabes. Argumentando que no existían suficientes garantías de que en un plazo de diez años se concedería la independencia de Palestina con gobierno árabe ni de que se paralizase la inmigración judía en cinco años, Amin al-Husayni desestimó las propuestas británicas por "insuficientes" y, pese a la oposición del NDP de los Nashashibi y otros miembros influyentes de la comunidad árabe, arrastró al Alto Comité Árabe en la denuncia del Libro Blanco. (12)  

En Mayo de 1940, sin embargo, el hermano del Muftí, Jamal al-Husayni,* y Musa al-Alami* firmaron, en nombre de la comunidad árabe palestina, la adhesión al protocolo del Libro Blanco. Tal vez lo hicieron porque unos meses antes el Gobierno Británico había endurecido su política de restricción a la venta de tierras (en Marzo había publicado el mapa de las tierras afectadas [ver imagen]); porque la Guerra Mundial había reducido la inmigración judía debido a la imposibilidad de atravesar el Mediterráneo o porque, quizás,  el Muftí se iba inclinando más hacia una política pro-nazi y desentendiendo de lo que ocurriese con los británicos.

Qué pasó con el Libro Blanco

Pese a la implicación de todo el Yishuv a favor de los británicos y las pruebas de las simpatías árabes por la Alemania Nazi y el Eje, Golpe de Estado en Iraq incluido (que explicamos en otros lugares), los británicos no rescindieron el Libro Blanco.

Cuando, tras la Guerra, los laboristas lograron una sorprendente victoria en las elecciones de 1945, los judíos se regocijaron porque la Conferencia Laborista había votado en 1944 por la rescisión del Libro Blanco y la reanudación de la política de establecer un Estado Judío en Palestina; pero el nuevo Secretario de Estado (Ministro) de Asuntos Exteriores, Ernest Bevin* -un antisemita de tomo y lomo que creía que la "Declaración Balfour" había sido un grave error que había que corregir- convenció al Primer Ministro Attlee de que el futuro de los británicos estaba en apoyar a sus aliados árabes y "dejar caer"a los judíos. El Libro Blanco se mantuvo hasta el final del Imperio Británico, el 14 de Mayo de 1948

El primer acto constitucional del Gobierno Provisional de Israel, el 15 de Mayo de 1948, fue una Proclamación que establecía que «toda la legislación resultante del Libro Blanco del Gobierno británico de mayo de 1939 quedará nula y sin valor a partir de la medianoche de hoy. Esto incluye las disposiciones sobre inmigración, así como las regulaciones de transferencia de tierras de febrero de 1940».

Y bien está lo que bien acaba.

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* Enlaces en inglés. Aunque mis preferencias serán siempre enlazar a información en español, aunque sea menos completa, en algunos casos la diferencia en la información ofrecida justifica enlazar a páginas en otros idiomas. Ruego disculpen las molestias.

**Enlaces en francés

***Enlaces en otros idiomas

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  1. https://archive.org/details/PalestineCensus1922/page/n3/mode/2up El censo se centró en la región al Oeste del Jordán; la parte de Transjordania, que se incluyó en el Mandato pero fue desgajada por Gran Bretaña para crear el Emirato de Transjordania, era más desértica y empobrecida.
  2. Vaughn, Andrew G: "Jerusalem in Bible and Archaeology: The First Temple Period" Brill Publishers, Leiden - Boston. (2003); Pg. 131 n34. Las cifras anteriores a 1922 son sólo estimaciones, pues no se cuenta con datos fiables.
  3. Gelvin, James L: "The Israel-Palestine Conflict: One Hundred Years of War" Cambridge University (2005); Pg 93
  4. Como en el enigma del huevo y la gallina, resulta difícil qué fue primero y qué tuvo más influencia en la evolución de la sociedad palestina, si el nacionalismo palestino o el ascenso de Amin al-Husayni. Hay testimonios de que Amin al-Husayni no era antibritánico hasta la década de los 20s y de que apoyaba la creación de un Reino Árabe bajo los Hachemitas. ¿Fue un líder populista que estimuló el odio contra britanicos y judíos para trepar por el poder, o fue su pueblo el que cambió a Amin y le contagió su virulento nacionalismo? Probablemente, las dos cosas.
  5. Marlowe, John: "Rebellion in Palestine" The Cresset Press, London (1946); Pg 213.
  6. Marlowe, John: Op Cit. Pg 216
  7. Esta postura, que al-Husayni había defendido durante su comparecencia ante la Comisión Peel (en realidad al-Husayni ya había exigido en 1937, ante la Comisión, esos mismos cuatro puntos; no es extraño que no hubiese cambiado su opinión  en 2 años, pero ello nos sirve para darnos cuenta hasta qué punto dominaba la Delegación Árabe en Londres) era irrealista; seguramente el Muftí lo sabía, y pretendía con su exigencia de "máximos" estar en mejor posición negociadora. Como veremos, fue un error.
  8. Algunas fuentes señalaron que un cable de Ben Gurion publicado por el periódico   "Davar" próximo al Mapai ("Se está tramando un plan para liquidar el Hogar Nacional y entregarnos al control de los líderes de las bandas") provocó la respuesta violenta de los extremistas judíos, citando a "A Survey of Palestine - prepared in December 1945 and January 1946 for the information of the Anglo-American Committee of Inquiry" Pg 50; en esta referencia, sin embargo, se hace referencia a "un informe falso  de que el Gobierno británico había decidido que se debía otorgar a Palestina un estatus independiente y celebrar un tratado anglo-palestino similar al de Irak" y que los episodios de violencia registrados "fueron interpretados" como una protesta de los judíos. Tengamos en cuenta, sin embargo, que aunque ese cable de Ben Gurion sea auténtico, y pueda ser interpretado como una imprudencia, la "Rebelión Árabe" continuaba, y por tanto no es seguro que la violencia judía fuera por esa "información falsa"; y que dicha "información falsa" no era tan incorrecta, como se vio en el "Libro Blanco"...
  9. El motivo que dieron los árabes fue su desconfianza de los británicos, que según ellos habían traicionado sus acuerdos en otras ocasiones. Citaban las cartas McMahon-Husayn, olvidando que en ellas no se llegó a un acuerdo y que, desde luego, el comportamiento de Husayn y sus hijos no fue precisamente el colmo de la lealtad... El caso es que fue un error funesto para los árabes, como se vio en los años siguientes, porque de haber aceptado y publicado el acuerdo hubieran aislado internacionalmente al Yishuv y, el Gobierno Británico hubiera tenido realmente muy difícil desdecirse.
  10. Comité AngloAmericano de Investigación: "Informe del Comité AngloAmericano de Investigación sobre los problemas del Judaísmo europeo de Palestina" Lausana, 1946: Apéndice IV 
  11. El "Libro Blanco" establecía que Gran Bretaña consultaría esta eventualidad con "representantes de la población palestina, el Consejo de la Sociedad de Naciones y los Estados árabes vecinos". Vemos, posiblemente, la conocida inclinación británica por favorecer la creación de una federación transjordana- palestina o un reparto de Palestina entre Egipto y Transjordania.
  12. El historiador Benny Morris (y no es el único, ni mucho menos) opina que al-Husayni rechazó el Libro Blanco porque no se le garantizaba que se le pondría al mando del futuro Estado de Palestina. Benny Morris: "The New Republic: The Tangled Thruth"

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