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Situación aproximada al inicio de los "Diez Días" |
La Primera Guerra árabe - israelí (1947-1949) se puede dividir, cronológicamente, en dos fases:
- Guerra Civil en el Mandato de Palestina (entre comunidades judía y árabe (29-11-1947 a 14-05-1948).
- Invasión de Israel por los estados árabes y contraataque israelí (15-05-1948 a 10-03-1949).
En esta segunda fase, a su vez, se puede distinguir:- Invasión de los países árabes (15-05-1948 a 11-06-1948).
- Primera tregua (11-06-1948 a 09-07-1948).
- Diez Días (09-07-1948 a 18-07-1948).
- Segunda tregua (18-07-1948 a 15-10-1948).
- Expulsión de los ejércitos árabes (15-10-1048 a 10-03-1949).
La fase o batalla de los 10 días, entre el 9 y el 18 de julio de 1948, supuso el cambio definitivo del curso de la guerra y marcó el inicio del predominio absoluto de las recién creadas IDF (Fuerzas de Defensa de Israel).
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En verde, pueblos árabes; en azul, judíos |
Durante una semana y media los israelíes ensancharon el corredor Tel Aviv - Jerusalén, acabando con el asedio que sufría la capital histórica del judaísmo (Operación Dani, o Danny)*; derrotaron a los egipcios, alejando sus tropas de los suburbios de Tel Aviv y empujándolos hacia el Sur; y limpiaron Galilea de fuerzas enemigas. Sólo ante Latrún fracasaron repetidas veces las sobreextendidas FDI.
Durante la Operación Dani se capturaron dos importantes núcleos de población, Lydda y Ramleh, de una importancia estratégica clave.
Desde la aparición de los "Nuevos Historiadores" israelíes, se han oído voces que denunciaban la expulsión forzosa de los habitantes de estas dos ciudades, presentándola como un crimen, y una masacre que, según ellos, ocurrió en Lydda.
Los hechos denunciados ocurrieron entre el 11 y el 13 de julio. Pero ¿Ocurrieron de verdad? Veámoslo.
Antecedentes
Lydda (actual Lod) era una ciudad situada en la zona atribuida al Estado Árabe en la Partición votada por la ONU. Está a unos 15 - 17 Km al sudeste de Tel Aviv y a unos 40 km al noroeste de Jerusalén.
Hacia 1947, Lydda tenía una población de unos 20000 habitantes, casi todos árabes. Un 92'5 % eran musulmanes y sólo un 7,5% cristianos. Prácticamente no vivía ningún judío en Lydda; los pocos que residían allí en las décadas anteriores habían huido a zonas con mayor presencia judía tras los disturbios antijudíos de 1920, 1929 y, sobre todo, la Gran Revuelta Árabe de 1936-39.
Ramleh, casi adyacente a Lydda por el suroeste, era también una población casi exclusivamente árabe en 1947: 15000 habitantes, de los que un 80 % eran musulmanes y 20 % cristianos.
Además, en la región había decenas de miles de refugiados que habían huido de las batallas que, entre Noviembre de 1947 y Junio de 1948, habían enfrentado a las comunidades judías y árabe; y, a partir del 15 de Mayo, a Israel con los ejércitos de varios países árabes. (1)
La situación estratégica de Lydda y Ramleh, dominando la carretera Jerusalén - Tel Aviv, convertía su posesión en trascendental para el resultado de la guerra y para la supervivencia del nuevo Estado judío. Las recién creadas IDF (2) (o FDI: Fuerzas de Defensa de Israel) habían conseguido mantener la carretera abierta, a veces utilizando desvíos alternativos.
Por si fuera poco, Ramleh era un importante nudo ferroviario; y en la región estaba el Aeropuerto Internacional de Lydda (actualmente Lod).
El Gobierno de Israel, que encabezaba David Ben Gurión, sabía que, aunque durante la primera tregua Israel se había reforzado y tenía un claro predominio militar sobre los países árabes, la situación podía dar un vuelco en cualquier momento si la Legión Árabe lanzaba una ofensiva que cortase Israel en dos o alcanzase Tel Aviv (a pocos kilómetros de la linea de Alto el Fuego). Incluso aunque se llegase a un armisticio con esas fronteras la paz sería muy frágil, y en cualquier momento podía desencadenarse una nueva guerra donde los países árabes intentasen cortar el estado en dos, a partir de su situación privilegiada en Lydda y Ramleh.
Hay que hacer notar que, en los meses anteriores a la invasión árabe del 15 de Mayo, el Comité Nacional (National Comittee, oficialmente dependiente del AHC del Muftí) de Lydda había "hecho los deberes" (contrariamente a lo que pasó en la mayoría de ciudades y pueblos palestinos) entrenando a sus milicianos, preparando servicios sanitarios, construyendo barricadas y líneas defensivas alrededor de la ciudad, fortificando algunos puntos en su interior, consiguiendo armas, municiones y pertrechos para la guerra, y haciendo acopio de víveres. Parte de estos preparativos, sobre todo en armas, milicianos y alimentos, pudieron así ser prestados a Ramleh y otras aldeas de la zona. La Haganah estaba informada y consideraba a Lydda y Ramleh "puntos fuertes" del enemigo. (3) La conquista de estas dos ciudades era, por lo tanto, imperativa. (4)
La Operación Dani, (5) dirigida por Yigal Allon y su adjunto Yitzhak Rabin, ambos menores de 30 años, comenzó el dia 9 de Julio, cuando dos batallones de la 11ª Brigada Yiftach, que era la principal fuerza implicada en el ataque, se acercaron por el norte y por el sur a ambas ciudades, La Fuerza Aérea israelí lanzó miles de folletos sobre las ciudades y pueblos importantes de la región, prometiendo respetar vidas y propiedades de quienes no resistieran a las FDI, pero amenazando con tomar represalias contra quienes se comportaran como enemigos.
El día 10 de Julio el ejército israelí capturó el Aeropuerto de Lydda; las noticias de su aproximación llegaron a Lydda y Ramleh y, para el día siguiente, un gran número de habitantes y refugiados de ambas ciudades huyeron hacia el este a zonas que consideraban más seguras. Lógicamente entre los que huyeron en este primer momento había más personas que ya eran refugiadas en la zona por haber huido de otras ciudades o pueblos.
El día 11 por la mañana, dos compañías del 3º batallón de la 11ª brigada Yiftah, del Palmaj, avanzaron desde Daniyal, un pueblo árabe ocupado el día anterior, hacia el sudeste de Lydda, donde pensaban que la defensas serían más débiles. No obstante, encontraron una fuerte resistencia en la línea fortificada que se había construido y quedaron atascados por fuego de artillería y morteros.
Pocas horas después, una columna de jeeps con ametralladora perteneciente al 89º Batallón al mando del Tte Coronel Moshe Dayan*, operando por iniciativa propia, salió de Ben Shemen (al nordeste de Lydda) para tratar de romper las defensas de la ciudad mediante una atrevida incursión en Lydda; no consiguió su objetivo, al encontrar en el camino una zan ja anti tanques, y rodeó la ciudad hacia el sudoeste y siguió hasta Ramleh, intercambiando disparos con el enemigo durante todo el trayecto. Allí paró para reorganizarse y continuó hasta volver a Ben Shemen.
La lucha fue muy confusa, pues los habitantes de Lydda, civiles y combatientes, confundieron al principio a los israelíes con una compañía de la Legión Árabe (los israelíes llevaban kufiya y les precedía un vehículo capturado a la Legión Árabe); cuando algunos de ellos se dieron cuenta del error, se produjo un intercambio de disparos frenético, cayendo también árabes por fuego amigo. No hay certeza de los muertos causados por el ataque, pero sí de que sumió a la ciudad en un Estado de shock, y aumentó la huida de sus habitantes.(6)
El mismo día 11 por la tarde, la columna (de unos 300 hombres) del 3º batallón de la Yiftah, comandada por Mula Cohen, pudo superar la resistencia de los defensores y entró en Lydda; el mismo día otra columna entró en Ramleh, que se rindió de inmediato.
Es difícil saber porque la resistencia de Lydda colapsó tan rápidamente, cuando era una importante base de milicianos (al menos, unos 1000) bien armados; y había de 200 a 300 soldados de la Legión Árabe, acuartelados en las estaciones de Policía (una en el interior de la ciudad y otra en la carretera a Ramleh). Sin duda la afluencia en los meses anteriores de miles de refugiados había influido empeorando los preparativos militares que se habían hecho; asimismo, la desmoralización y miedo que causaron los relatos que divulgaron los refugiados y las medios de comunicación árabes; la sorpresa y confusión que causó la incursión de Dayan; y la desorganización que se produjo en las líneas defensivas cuando, carentes de claras directivas, parte de las tropas abandonaron sus puestos ante el 3º batallón del Palmaj para correr a frenar la columna del 89º batallón. En resumen, los milicianos se retiraron en tromba a la ciudad, pero sin rendirse ni entregar las armas. (7)
La guarnición de la Legión Árabe, cogida por sorpresa, se retiró a la Comisaría, que era en realidad un Fuerte Teggart* y, por lo tanto, construido para resistir ataques de tropas insurgentes, incluso con artillería. Otros milicianos, ciudadanos de Lydda y combatientes irregulares, se concentraron en dos o tres puntos de menor importancia de la ciudad.  |
1.-Gran Mezquita e Iglesia de St Georges; 2.- Pequeña Mezquita; 3.- Comisaría de Policía |
Los representantes de la comunidad árabe, encabezados por el notable Muhammad Ali-Qajala, fueron convocados para hablar con los mandos israelíes en la residencia de Simon Garfeh, Archimandrita de la comunidad griega ortodoxa, que gestionó la reunión; los árabes estuvieron de acuerdo con entregar todas las armas y la población combatiente en el plazo de 24 horas en la Gran Mezquita (Mezquita de 'Umar) y la Iglesia de St. Georges, y poner a trabajar a los funcionarios del municipio para garantizar los suministros de agua, luz y alimentos; los israelíes se comprometieron a proteger las vidas y propiedad privada de los ciudadanos de Lydda, y a no encarcelar ni expulsar a quienes quisieran permanecer en la ciudad.
Las condiciones parecieron aceptables a los notables de Lydda (en esos momentos, sabiéndose derrotados, temían una orgía de sangre, como la propaganda árabe se había encargado de difundir por la radio) y se comprometieron a comunicarlas a la población y tratar de lograr el Alto el Fuego. Tres de los cuatro focos de resistencia estuvieron de acuerdo en deponer las armas; pero las tropas de la Legión Árabe que se habían atrincherado en la Comisaría, asistidos de algunos combatientes irregulares, abrieron fuego contra los emisarios, matando a Ali Qajala e hiriendo gravemente a otro parlamentario. (8)
Hasta el día siguiente, la ciudad quedó en una tensa calma. No se entregaron cantidades de armas sustanciales; no se desarmaron más combatientes árabes (en la Gran Mezquita y la Iglesia de St. Georges permanecieron los prisioneros capturados con armas en las primeras horas) ni se rindió la Comisaría de Policía, y los israelíes patrullaban nerviosos por las calles de Lydda. Sin embargo, los comandantes de las fuerzas israelíes pidieron por cable a sus superiores del Cuartel General de la Operación Dani que enviaran un administrador competente y personal civil que pudiese poner a funcionar los asuntos de la ciudad.
El día 12 a las 11 a.m. una compañía de la Legión, procedente de su base en Bet Naballah, con un tanque y otros dos vehículos blindados, apareció en la parte occidental de Lydda, aún no ocupada efectivamente por los israelíes. Al parecer, la pequeña fuerza había sido enviada por el Comandante de la Legión, Glubb Pasha*, con la intención de explorar la fuerza del enemigo; pero, tal vez por error, o quizás por dejarse llevar por un impulso (9), se desencadenó una dura escaramuza con los soldados israelíes. Posteriormente se retiraron.
Desgraciadamente para los habitantes de Lydda, tanto ellos como los israelíes creyeron que se trataba de un contraataque de la Legión.
Los informes de Inteligencia de las FDI habían establecido que, en las cercanías, podía haber una poderosa fuerza de hasta 2000 combatientes (si bien la cifra era cierta, la mayoría de estas tropas eran irregulares y algunos elementos del Ejército Árabe de Liberación, de bajo poder combativo) a quienes debían añadirse los 150-200 del Cuartel de Policía y un número indeterminado de habitantes de Lydda que podrían tomar las armas contra ellos. Y los israelíes eran conscientes que podían tener muchas armas escondidas.
Y esto último es precisamente lo que pasó. Los habitantes de la ciudad, que se habían resignado a la derrota, pero no habían entregado sus armas, creyeron que la Legión venía a su rescate y comenzaron a disparar, lanzar granadas y atacar con todo lo que tenían a los israelíes. Varios soldados fueron muertos cerca de la pequeña Mezquita de Dahmash mediante un ataque con granadas arrojadas desde las ventanas o la azotea del edificio.
Los israelíes pensaron que eran ampliamente superados en número y potencia de fuego, y decidieron responder con todo. Moshe Kelman, el Comandante del 3º Batallón, que ocupaba la ciudad, ordenó disparar a "todo lo que se mueva" o "todo el que esté en las calles con un arma".
Tras un duro combate de tres horas de duración, las FDI consiguieron dominar la insurrección. La compañía de la Legión Árabe se había retirado ya; y los que ocupaban el Cuartel de Policía, encontrándose ya cortos de munición y con pocas o ninguna esperanza de ser socorridos, se retiraron durante la noche.
El número de muertos entre los habitantes de Lydda se discute: muchos historiadores y periodistas han hablado de 200 a 250; el inefable Ilan Pappé eleva la cifra a más de 400 (como siempre, basándose en "testimonios orales" no acreditados), mientras que algunos escritores árabes cuentan hasta 1000 muertos. Avi Shamit ("Mi tierra prometida. Triunfo y Tragedia de Israel". Random House, 2013) habla de más de 200, y en una entrevista concedida a "The New Yorker" sube a la mítica cifra (10) de 250; pero él mismo reconoce haber usado la cifra dada por Benny Morris en "1948"; y éste, a su vez, dice basarse en un resumen de la toma de Lydda redactado contemporáneamente a los hechos, y publicado en 1953 dentro de la Historia Oficial del Palmaj.
Sin embargo, hay varios problemas para definir este hecho como una "masacre". El primero, que ese documento sobre la conquista de Lydda por el Palmaj parece referirse, no al día 12, sino a las bajas causadas durante los combates producidos en los tres o cuatro días que duró la conquista de Lydda y Ramleh. Por otro lado, las muertes no se producen tras haberse rendido unos combatientes o contra paisanos desarmados, sino en unos días de duras escaramuzas y, el día 12 en concreto, cuando una población que previamente ha llegado a un acuerdo de rendición ataca por sorpresa a un grupo armado muy inferior en número. Finalmente, el propio Benny Morris reconoce en "The Road to Jerusalem: Glubb Pasha, Palestine and the Jews" que el número de muertos que da comprende a paisanos y combatientes irregulares. El profesor Alon Kadish*, en su estudio "Ocupación de Lod, 1948", basado en el Archivo Histórico de la Haganah, explica que, seguramente, la cifra real de los muertos el 12 de Julio en Lydda esté por debajo de la mitad; esto es, de 125.
En los primeros momentos tras la aparición de la compañía de la Legión Árabe y la revuelta de los milicianos y paisanos de la ciudad, un cierto número de soldados israelíes habían muerto en las proximidades de la Mezquita de Dahmash ("Pequeña Mezquita" en el mapa), un compacto edificio metido entre callejones, a poca distancia del centro histórico de Lydda. No queda muy claro si el hecho fue consecuencia de un ataque con granadas lanzadas desde la azotea o desde el interior, a través de las ventanas, pero los soldados del Palmaj creyeron que se encontraban ante un punto de fuerte resistencia, con decenas de milicianos bien armados y dispuestos a todo.
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PIAT: Projector, Infantry, Anti Tank |
La intrusión al edificio a través de la puerta, en un edificio rodeado de estrechas callejas, resultaba muy peligrosa (y los atacantes contaban con escaso número de efectivos); por lo tanto, la entrada directa por la infantería resultaba inadecuada. Dado que el código de las IDF prohibía los ataques a lugares de culto salvo autorización específica, se pidió a los comandantes permiso para disparar contra la mezquita con el único PIAT (Lanzador de Proyectiles Antitanques, vulgarmente "bazooca") de que disponía el batallón; tanto Kelman como Shmarya Gutman (del Departamento Árabe del Palmaj y primer Gobernador Militar de Lydda) aprobaron el ataque.
Así que el operador del PIAT (Shmuel "Shmulik" Ben-David) disparó, según testigos presenciales, sobre la puerta y, una vez abierta la doble hoja, los soldados arrojaron granadas y entraron dentro, disparando con armas de fuego hacia cualquier movimiento sospechoso. (11)
Como los israelíes esperaban encontrar el edificio lleno de milicianos armados, les sorprendió encontrar, entre las víctimas, mujeres, ancianos, y algún niño. Resulta difícil concretar el número de fallecidos. Avi Shamit habla de "setenta", pero no habló con ninguno de los soldados que entraron en la Mezquita (Shmuel Ben David, a quien entrevistó, resulto herido por el retroceso del PIAT y tuvo que ser evacuado); las fuentes árabes, muy posteriormente al suceso, y hablando sobre "rumores", hablan de "más de 100, incluso 200"; las fuentes israelíes contemporáneas, basándose en los testigos presenciales, reducen el número de muertos a unos 30.
Durante los últimos años, se han multiplicado las "denuncias" en redes sociales y ambientes culturales sobre una posible "masacre" en la Mezquita. Suelen basarse, además de los "rumores" que circulan entre los medios árabes y palestinos, en los testimonios de veteranos israelíes que hablan de la "conmoción" sufrida al entrar en la Mezquita y ver los cadáveres y oir las quejas de los muchos heridos (y saber que, algunos de ellos, eran civiles).
Como siempre, el debate está en qué entendemos por "masacre". Los medios que cuestionan el relato israelí contemporáneo a los hechos tienen a considerar "masacre" como sinónimo de "muchos muertos"; ayudados además por el hecho de que, al no formar parte los milicianos y combatientes árabes de ningún ejército regular, no llevar uniformes ni distintivos de grado, es muy fácil considerarlos interesadamente como "civiles" y, así, engordar las cifras de la "matanza".
Aunque está claro que los métodos de las IDF fueron muy expeditivos, quizás hasta brutales, también es cierto que no hubo intención, ni órdenes de causar un gran número de muertes entre la población civil, o de asesinar civiles desarmados. Incluso la orden de Kelman de disparar "a todo lo que se mueva" (según una versión) no se debe contemplar, ni se entendió por las tropas, como una barra libre para cometer una masacre, sino como una necesidad de sofocar enérgicamente un levantamiento armado de una ciudad llena de enemigos que les superaban ampliamente en número.
Tampoco la mortandad en la "Pequeña Mezquita" puede calificarse de masacre intencionada, puesto que los israelíes habían sido atacados por árabes desde el edificio; y creían, realmente, que estaba lleno de enemigos armados.
Recordemos que en la Gran Mezquita y en la Iglesia de St. Georges estaban detenidos los prisioneros que los israelíes habían capturado al entrar en Lydda. De haber deseado cometer una masacre, no cabe duda de que los israelíes hubieran empezado por asesinar a estos, paisanos y combatientes en edad militar, pero desarmados.
El mismo día 12, mientras en las calles los combates alcanzaban su máxima dureza, Gutman y Kelman se entrevistaron con los notables árabes e intentaron convencerles de que hicieran un llamamiento a la población para que depusieran las armas; amenazándoles con duras represalias si continuaba la hostilidad contra los soldados; pero, confiando aún el el esperado contraataque de la Legión Árabe, los notables respondieron con evasivas. Sólo tras comprobar que no iba a producirse la liberación de Lydda por fuerzas amigas, y que de hecho la insurrección había sido dominadas, accedieron a enviar heraldos a través de la ciudad, ordenando la entrega de las armas, cosa que de todos modos resultó ineficaz.
De hecho, durante el día 12 por la tarde, comenzó el éxodo de ciudadanos de Lydda, por sus propios medios, hacia el interior de Cisjordania, temiendo las represalias israelíes. El día 13 por la mañana los representantes de los árabes declararon a los israelíes que no podían asegurar el control de la comunidad árabe, ni garantizar que no hubiese más disturbios, y preguntaron si aquellos residentes que quisieran abandonar la ciudad podrían irse sin trabas. (12)
Mientras tanto, los oficiales israelíes al mando de Lydda habían mantenido una reunión con Ben Gurión, Yigal Allon, Yitzhak Rabin y otros oficiales superiores en Yazur, Cuartel General de la Operación Dani. En ella se decidió que, dada la importancia de la zona a conquistar y la posibilidad de poderosos contraataques enemigos, la posibilidad de dejar a retaguardia decenas de miles de personas hostiles era inasumible. Por lo tanto, había que expulsar o hacer evacuar a los árabes de Lydda y Ramleh (aunque en esta ciudad no se habían sublevado, los dirigentes israelíes sospechaban que no era por falta de ganas) hacia el interior de Cisjordania; lo cual tenía, además, la ventaja de dificultar las posibles ofensivas de la Legión Árabe. (13)
De modo que, cuando los representantes árabes de Lydda pidieron permiso para que quienes quisieran irse no encontraran problemas (pensando, sin duda, que quienes quisieran podrían quedarse) se encontraron con la sorpresa de que los militares israelíes les comunicaron que en pocas horas tendrían que partir.
Los dirigentes árabes preguntaron por los detenidos de la Gran Mezquita y la Iglesia St. Georges (muchos eran cabezas de familia) y se les aseguró que serían liberados, pero que debían abandonar la ciudad. Unas horas después, se emitió una orden de expulsión de los habitantes de Lydda y Ramleh, que exceptuaba a aquellos cuya presencia fuese imprescindible por razones militares; a enfermos, ancianos, mujeres y niños que deseasen permanecer (serían alojados y alimentados por las FDI); y se prohibía causar daño a centros de culto. Algunos grupos de personas (cristianos en general, unos cientos de personas) que habían manifestado lealtad a los ocupantes israelíes tampoco fueron expulsados.
La mayoría de habitantes de Lydda tenían poca necesidad de estímulo para abandonar la ciudad, llenos de temor a las represalias de los judíos y a verse envueltos en otra dura batalla; y con ellos marchaban muchas personas que habían llegado ya refugiados de otras zonas, por lo que preferían la seguridad de las zonas de mayoría árabe al incierto futuro de permanecer cerca de los combates. Caminando a pie, en dirección de Beit Nabala (a 12 km de Lydda) y otros pueblos árabes vecinos, en unas horas alcanzaron zonas donde la Legión Árabe y organizaciones de ayuda enviadas por el Alto Comité Árabe y los Comités Nacionales se encargaron de ellos y los llevaron a la zona de Ramallah.
Los refugiados procedentes de Ramleh fueron conducidos en autobuses a las cercanías de Latrún, desde donde fueron evacuados por la Legión Árabe.
El número de evacuados/expulsados alcanzó, según la cifra más comúnmente manejada, unas 50000 personas (un informe del Palmaj habla de 45000, mientras que algunos relatos árabes lo elevan a 70000). Al parecer, algunos murieron en la ruta, se supone que por las penalidades de marchar penosamente en el calor de Julio. (14) También se produjeron saqueos y robos de joyas y pertenencias personales; e incluso algunas violaciones de mujeres, aunque desde luego fueron hechos aislados y no la norma. Yigal Allon, comandante de la Operación Dani, y los mandos de las IDF, habían dado instrucciones concretas prohibiendo cualquier clase de abuso y ordenando que, en caso de producirse, fueran severamente castigados; sin embargo, el control de los mandos sobre la disciplina de las unidades era tenue, en estos momentos en que el Ejército acababa de ser constituido, y sólo algunos soldados fueron procesados y condenados. Políticos como el ministro de Agricultura, Aharon Zisling*; y Aharon Cohen*, del Departamento Árabe del Mapam, protestaron por el pillaje (Benny Morris, 1986, "Operation Dani and the Palestinian Exodus from Lydda and Ramle in 1948" Middle East Journal Vol. 40, No. 1 (Winter, 1986), pp. 82-109).
Conclusiones
- La "Operación Dani", que capturó las ciudades de Lydda y Ramleh tenía objetivos militares (ensanchar el corredor Tel Aviv - Jerusalén y alejar la posibilidad de que un ataque proveniente de la Legión Árabe o de otros ejércitos enemigos conseguiese alcanzar Tel Aviv o cortar el joven Estado de Israel en dos) y no una limpieza étnica del territorio que había sido asignado al prospectivo Estado Árabe que, finalmente, no nacería.
- Las tropas israelíes derrotaron a los combatientes árabes y aceptaron la rendición de Lydda y Ramleh. Una incursión de poca consistencia de una patrulla de la Legión Árabe fue confundida por los habitantes de Lydda (y por los israelíes) con un vigoroso contraataque de los legionarios y sobrevino una insurrección, que fue violentamente reprimida por las IDF.
- Los israelíes, muy superados en número, reaccionaron expeditivamente ante el temor de ser destruidos, pero no tenían la intención de realizar una masacre (de hecho, los prisioneros de la Gran Mezquita y la Iglesia de St Georges no sufrieron represalias); tampoco el ataque a la Mezquita de Dahmash fue realizado con intención de asesinar civiles y personas desarmadas, pues las IDF pensaban encontrarse ante un fortín lleno de combatientes armados hasta los dientes.
- Tras vencer la rebelión ciudadana, los comandantes de las unidades israelíes (con el visto bueno de Ben Gurion) decidieron expulsar a los habitantes de Lydda y Ramleh; no con la intención de tomar represalias, sino para no dejar a retaguardia del avance de sus poco numerosas fuerzas a decenas de miles de posibles enemigos armados; y, seguramente, con idea de impedir que la Legión Árabe, al tener que encargarse de los refugiados, tuviera libertad de acción para armar un contrataque.
- Aunque la expulsión fue, para muchos árabes, por la fuerza, el éxodo había empezado antes del final de los combates, incluso antes de que los israelíes entraran en Lydda y Ramleh. Muchos de los árabes expulsados provenían de otras zonas y habían llegado hasta allí, precisamente, huyendo de la guerra.
- Durante la expulsión se realizaron actos inmorales (saqueos, robos, alguna violación) y murieron personas durante la huida; pero estos deplorables hechos no fueron fomentados por los mandos políticos y militares israelíes (por el contrario, estaban estrictamente prohibidos) y constituyeron una excepción, no la norma, en la Guerra de 1947-49.
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* Enlaces en inglés. Aunque mis preferencias serán siempre enlazar a información en español, aunque sea menos completa, en algunos casos la diferencia en la información ofrecida justifica enlazar a páginas en otros idiomas. Ruego disculpen las molestias.
**Enlaces en francés
***Enlaces en otros idiomas
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- - Shmarya Gutman, Comandante del Departamento Árabe del Palmaj y Gobernador Militar de Lydda tras su conquista por las tropas israelíes, declaró en una entrevista filmada en 1988 que Lydda, de una población normal de 12000 habitantes, había pasado a tener 35000. Por su parte, el escritor Reja-e Busailah, en su artículo "The Fall of Lydda, 1948: Impressions and Reminiscences" (Arab Studies Quarterly, Vol. 3, No. 2 (Spring 1981), pp. 123-151) habla de una población normal de unos 20000-25000 personas, que alcanzaron con los refugiados hasta unos 60000 personas.
- - Las Fuerzas de Defensa de Israel fueron fundadas por un decreto de Ben Gurión el 26 de Abril de 1948, ratificado por el Gabinete el 31 de Mayo. Integraba a todas las fuerzas que combatían por Israel, aunque con ciertas condiciones específicas para Irgún, Lejí y Palmaj.
- - Alon Kadis y Avraham Sela; Middle East Journal, Vol. 59, No. 4 (Autumn, 2005), Pg 619-620
- - De hecho, Ben Gurion había insistido en su toma desde antes de la invasión árabe, pero las fuerzas israelíes estaban sobreextendidas y demasiado exhaustas como para plantear una operación de tal entidad.
- - El nombre de la operación era un homenaje a Daniel Mass, comandante del Convoy de los 35, un pelotón del Haganagh y Palmach que fue masacrado hasta el último hombre por una fuerza de cientos de árabes al intentar socorrer a los cuatro kibbutzim del Gush Etzion.
- - Toda la historiografía sobre la operación es muy confusa debido a las interpretaciones diferentes; Kurtzman, en su libro "Génesis" (1973, Plaza & Janés), basado en entrevistas con protagonistas, presenta la incursión en la ciudad como producto de un error humano. En cuanto a las bajas, Dayan dijo que sus tropas habían causado "de 100 a 150 muertos" pero posiblemente era una cifra bastante exagerada; tanto para aumentar su fama entre la opinión pública, como para justificar ante sus superiores (que no habían aprobado todos los detalles de la operación) las pérdidas: 9 muertos y varios vehículos. Benny Morris en su libro "1948" habla de "docenas" de árabes muertos pero no afina más. Tampoco conocemos el número de civiles y combatientes, porque en la ciudad, además de algunos cientos de soldados de la Legión Árabe, había un número indeterminado de irregulares árabes.
- Alon Kadish y Avraham Sela; Op.cit. Pg 625-627
- - "Palestine betrayed"; Efraim Karsh; Yale University Press, 2010; Pg 216.
- - La Legión Árabe, disciplinada y entrenada, pero de tamaño limitado, se había resignado a perder Lydda y Ramleh si las FDI atacaban con Fuerza. Tanto Glubb, como el rey Abdullah y su Primer Ministro Tawfik Abu al-Huda temían que la toma de ambas ciudades podría servir a Israel para atraer a la Legión fuera de sus bases de Latrún y el Corredor Tel Aviv-Jerusalén y del corazón de Cisjordania; lo que podría causar la caída de Cisjordania, Jerusalén, e incluso la pérdida de los puentes sobre el río Jordán, con lo que la Legión quedaría rodeada y el Reino hashemita casi indefenso frente a amenazas internas o externas. Por tanto, prefirieron centrarse en Jerusalén y hacer poco caso a las demandas de ayuda de Lydda y Ramleh.
- - Hay autores que han notado una curiosa tendencia, en muchos escritores árabes, a redondear las cifras de muertos palestinos en supuestas masacres cometidas por los israelíes hasta 250. Ignoro si es casualidad o tiene algo que ver con la numerología.
- - Es el procedimiento estándar. "Simplemente, no disparas con un PIAT y luego entras tranquilamente por la puerta; entras con el disparo PIAT, seguido de granadas y disparando" declararon veteranos de la batalla en 1989 a Uri Goldstein en entrevistas para un documental sobre la Brigada Yiftah.
- - "Palestine betrayed", op. cit. Pg 218.
- - Yitzhak Rabin, en 1979, ofreció un relato de los hechos en el que, tras ser preguntado por Yigal Allon sobre el destino de los árabes de Lydda (y se supone que también de Ramleh), Ben Gurión hizo un gesto con la mano como diciendo "Expulsadlos". (David K. Shipler, The New York Times, 23 de Octubre de 1979). Pero Ben Gurión era un escritor compulsivo, que registraba sus órdenes por escrito y las anotaba en sus Diarios, y en realidad (como reconoce Rabin) la decisión se tomó entre Rabin y Allon. Lo más probable es que, simplemente, sometieran su proyecto a Ben Gurion, que se limitó a dar por buena su idea.
- - Benny Morris habla de "un puñado" o "algunas docenas" ("The Road to Jerusalem: Glubb Pasha, Palestine and the Jews", 2003), mientras que los autores árabes elevan mucho más las cifras: Arif al-Aref habla de 350 muertos (según Walid Khalidi en Spiro Munayyar, "La caída de Lydda". Revista de Estudios Palestinos 27, no. 4 [1998]: 80–98) o de 500 (según Henry Laurens en "La cuestión de Palestina", vol.3, Fayard 2007 p. 145); otros autores elevan la cifra aún más, pero parece que se basan en "rumores" y "exageraciones construidas sobre una base ideológica" (Benny Morris, 2004: "The Birth of the Palestinian Refugee Problem Revisited" Cambridge University Press, Pg 433)
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