lunes, 30 de diciembre de 2024

BERNADOTTE HACE PLANES (y II): EL SEGUNDO PLAN Y EL ASESINATO DE BERNADOTTE

"¡Fuera de mi tierra"! Póster de Lejí contra
Folke Bernadotte

En la entrada anterior vimos como Folke Bernadotte, diplomático sueco, fue nombrado el 20 de Mayo de 1948 Mediador de las NU para conseguir un acuerdo entre Israel y los países árabes (organizados en la Liga Árabe) que habían invadido el país apenas 5 días antes.

Sus labores fueron, en primer lugar, conseguir que ambas partes se adhirieran a una tregua ordenada por el Consejo de Seguridad de la ONU; cosa difícil, ya que tanto Israel como los países árabes (con la salvedad de Transjordania) desconfiaban de Bernadotte.

Finalmente, gracias al trabajo del Mediador, pero también a que ambos contendientes estaban exhaustos, se llegó a un acuerdo de Alto el Fuego de cuatro semanas, a partir del 11 de Junio de 1948.

Y el segundo de sus objetivos era intentar que no se reanudaran los combates, tanto por una prolongación de la tregua como por el inicio de conversaciones que llevasen a ambas partes a concluir un Armisticio y Tratados de Paz entre Israel y los países árabes.

Consciente de que el tiempo corría en su contra, Bernadotte no se durmió en sus laureles y el 28 de Junio presentó unas sugerencias que se llamarían en el futuro "Primer Plan Bernadotte". Este plan se parecía asombrosamente a una propuesta que los británicos habían hecho al Gobierno Provisional de Israel poco antes de la declaración de Tregua. No era extraño el parecido, pues el Foreign Office* (y, en menor medida, el Departamento de Estado de EEUU*) habían influido indirecta y sibilinamente en los asesores de Bernadotte para inculcar en ellos las ideas que le parecían más apropiadas al Reino Unido: "Conceder" a Israel la Galilea y una estrecha franja hasta Tel Aviv, recomendar la unión del Estado Árabe creado por la Partición a Transjordania, crear una federación de la Transjordania engrandecida con el minúsculo estado judío, y adjudicar Jerusalén a Transjordania.

Israel -al que el Plan no le concedía nada que no pudiese ganar prolongando la guerra- se mostró dispuesto, no obstante, a prorrogar la tregua por tres meses más, como pedía Bernadotte; pero los árabes (empecinados en no permitir la creación de un país judío, por pequeño que fuera) rechazaron el plan. Y Transjordania, que resultaba muy beneficiada por las sugerencias de Bernadotte, no se atrevió a enfrentarse a sus socios de la Liga Árabe.

Y así llegó el 9 de Julio y la reanudación de los combates.

Los "Diez Días" y la Segunda Tregua

Bernadotte no se preocupó mucho por el rechazo a su primera propuesta de plan de paz. En su diario (que luego fue publicado como el libro "Till Jerusalem") se defiende diciendo que eran, simplemente, unas ideas preliminares, que debían ser discutidas y corregidas por todas las partes.

Su primer objetivo tras el 9 de Julio fue hacer que las partes obedecieran la orden del Consejo de Seguridad y aceptaran una nueva Tregua. El nuevo Alto el Fuego entró en vigor el 18 de Julio.

Durante aquellos diez días, Israel había aprovechado el balance más o menos equilibrado de armas y combatientes entre ambos bandos, que había conseguido aprovechando mejor la Tregua, y con una superior logística, organización, calidad de mandos y moral de combate, había pasado a la ofensiva y había puesto los cimientos para la victoria final:
  • La Operación Dani*, iniciada con el objetivo de despejar los alrededores de Tel Aviv y la carretera que la unía con Jerusalén, conquistó Lydda (con su aeropuerto) y Ramleh; ensanchó la carretera a Jerusalén y empujó a la Legión Árabe, que se tuvo que retirar al interior de la zona destinada al Estado Árabe por la Partición. Las IDF no consiguieron tomar Latrún pero el mejor ejército de los árabes (la Legión Árabe) dejó de constituir un problema para el resto de la Guerra.
  • La Operación Dekel limpió de fuerzas enemigas la Baja Galilea (el sur de esta región histórica) expulsando a las fuerzas del Ejército de Liberación Árabe de al-Qawuqji y conquistaron Nazareth.
  • La Operación Kedem: tropas del Irgún y del Lejí, ya integradas en las IDF pero con autonomía en la zona de Jerusalén, desencadenaron una ofensiva contra Jerusalén Oriental. Aunque tomaron el pueblo (hoy barrio) de Malha)*, su primer asalto a la Ciudad Vieja fue repelido por la Legión Árabe, y el Alto del Fuego llegó antes de que pudieran hacer nuevos intentos.
Tras establecerse la nueva tregua, Bernadotte inició conversaciones con el gobierno de Israel y los distintos gobiernos árabes. (2)

En esta fase de negociaciones la influencia de los británicos sobre el Mediador sueco, que durante la primera tregua había sido ejercida de manera indirecta y con sutileza, pasó a ser mucho más descarada. El BMEO (British Middle East Office), el departamento del Foreign Office para los asuntos de Oriente Medio, era rabiosamente anti-Partición (pensaba que al Reino Unido le convenía aliarse con los árabes; y que Israel podía ser un foco de penetración soviético en Oriente Medio) y dos de sus funcionarios principales, Iltyd N. Clayton* y James Troutbek, pusieron en marcha las influencias de Reino Unido, y siempre en el mismo sentido (3):
  • A través de sus embajadas y agentes diplomáticos, lograr que los países árabes, aunque en voz alta continuaran negando el reconocimiento de Israel y clamando por su destrucción, entendieran que era más útil intentar conseguir por vía diplomática lo que no podían conseguir por la fuerza.
  • Los británicos aunque reconocían como hecho consumado el nacimiento de Israel (el mismo Clayton lo reconoció en diciembre de 1947) maniobraron para reducir su tamaño e importancia militar y económica lo más posible.
  • La diplomacia británica buscaba también engrandecer al peón más útil con que contaban los británicos en Oriente Medio (Transjordania), permitiéndole anexionarse la parte árabe del Mandato y Jerusalén. (4)
  • Asimismo, el Foreign Office buscaba asegurar sus intereses comerciales: hacer de Haifa (con su refinería y final del oleoducto de Mosul) un puerto libre; de Lydda un aeropuerto franco, y no enemistarse con los países árabes para no tener problemas con el petróleo.
También el Departamento de Estado de EEUU maniobraba para influir en Bernadotte. George Marshall, el Secretario de Estado, se había opuesto al reconocimiento del Estado de Israel; entre sus colaboradores, el Subsecretario Robert Lovett, el Embajador ante la ONU Warren Austin o el Asistente de Marshall Dean Rusk, también se oponían a que se creara un Israel fuerte, y preferían un eje anglo-americano que hiciera frente a los desafíos de la Guerra Fría; y el Asistente de Rusk, Robert McClintock, fue enviado a Rodas para influir sobre Bernadotte (5)

Si bien los británicos y estadounidenses manipularon a Bernadotte, no debemos creer que el conde era deshonesto. Él creía sinceramente que ambos países eran imparciales en el conflicto, que la causa que les movía era la de la paz y el bienestar de árabes y judíos, y que los consejos que recibían sus asesores de Clayton y Troutbek eran bienintencionados.

El Segundo Plan Bernadotte

Como durante la Primera Tregua, Bernadotte no fue capaz de comprender la situación militar. En su diario, insiste una y otra vez en que los israelíes se jactan en exceso de su situación militar, que el conde sueco no percibe como relevante; califica de "éxitos menores" sus victorias durante los Diez Días (6), sin darse cuenta de que sólo el Alto el Fuego impuesto por la ONU evitó la destrucción de los ejércitos árabes. Por supuesto, los militares del Reino Unido sí eran muy conscientes de que Israel había logrado la victoria, pero se cuidaron muy mucho de decírselo a Bernadotte, porque les interesaba que el Mediador siguiese creyendo que su Plan era el más justo.

Además creía que la "arrogancia" y la "agresividad" israelíes estaban poniendo en dificultades el proceso de paz; en sus anotaciones, no da importancia a las amenazas de la Liga Árabe (7) porque, según él, los árabes habían decidido que por el momento no podían destruir Israel y se lo tomaban a más largo plazo. El hecho de que Israel tuviera que vivir permanentemente en un estado de movilización militar y "mantener un ejército permanente rodeado de árabes hostiles como estaba por todas partes" (como él mismo decía) no parecía preocuparle, en un ejercicio de cortoplacismo sorprendente.

No menor prueba de su ceguera diplomática era su visión del asunto de la inmigración. Empeñado en que nadie consiguiera ventajas durante la tregua se negaba a aceptar la entrada de judíos en edad militar a Israel (ni siquiera sin armas; aunque en este caso al Estado judío poco le importaba, porque dispondría de armas ligeras de sobra -otra cosa era el armamento pesado- si se reanudaban las hostilidades); pero la negativa de Israel a aceptar el retorno incondicional de 200000 a 300000 a sus lugares de origen (pese a que muchos de ellos provenían, incluso, del Estado adjudicado a los judíos por la ONU) le parecía "dureza e intransigencia" por parte de Israel. (8)

No parece muy extraño que, a ojos de los judíos, Bernadotte fuera apareciendo más hostil a su causa. La Prensa judía publicó varios artículos cuestionando su labor de mediador en el final de la Segunda Guerra Mundial y sus contactos con Himmler. Bernadotte consideraba ésto como incitado por el Irgún y el Lejí (que llama en su diario "Sterngang", por su fundador Avraham Stern), a quienes consideraba terroristas (no sin razón) y despreciaba.

I Plan Bernadotte. Azul: Israel
Verde: Transjordania;
Naranja: Jerusalén, Lydda y Haifa
II Plan Bernadotte. Azul: Israel; Verde:
Parte Árabe; Naranja: Z.I. Jerusalén
No era extraño, pues, que los extremistas judíos vieran a Bernadotte como un títere en manos de árabes y británicos y le consideraran una amenaza para la existencia del Estado de Israel y para la condición de Jerusalén como centro espiritual del judaísmo mundial. El Jefe del Lejí en Jerusalén (que gozaba de autonomía respecto a las IDF y el Gobierno de Israel), Yehoshua Zettler,designó un comando de cuatro miembros veteranos, prepararon el atentado y decidieron tenderle una emboscada.

Mientras tanto, Bernadotte había preparado el Informe a la ONU, que sería conocido como el Segundo Plan Bernadotte y que, completado con algunas anotaciones por Ralph Bunche, fue remitido a la ONU con fecha 16 de Septiembre de 1948. Se basaba en 7 puntos básicos (9) (que también registró en su Diario), y pensaba ir a defenderlo ante la Asamblea General unos días después, cuando se abriera la Tercera Sesión de reuniones de la Asamblea.

En su informe, el Mediador seguía mostrando una asombrosa falta de comprensión de la realidad militar; más grave, si cabe, que en su informe de Junio, porque parecía desconocer los cambios en la relación de fuerzas entre árabes y judíos y los avances de Israel en Julio. Atribuía Galilea a los judíos (como si no la hubieran conquistado ya); el Negev a los árabes (como si no fuera un territorio aún en disputa); y hacía de Lydda y Haifa (ambas en manos de Israel) zonas francas. La única novedad es que no recomendaba una "Unión" entre Israel y Transjordania, y sugería que  Jerusalén fuera internacionalizada hasta que pudiese discutirse su destino separadamente (lo que a los judíos le pareció una dilación para entregarla después a Abdullah).

Mientras llegaba el momento de ir a Nueva York a presentar su Informe,
Vista de la Ciudad Vieja desde la Colina
del Mal Consejo

Bernadotte se ocupó del próximo traslado de su Centro de Mando 
desde Haifa a Governement House (Jerusalén), la antigua residencia del Alto Comisionado del Mandato de Palestina, en el Monte Atzl ("Colina del Mal Consejo" para los cristianos, porque la tradición dice que allí se reunió el Sanedrín para juzgar a Jesús).

Al pasar por el barrio de Katamon, el comando del Lejí, formado por cuatro hombres dirigidos por Yehoshua Cohen y vestidos con uniformes militares, había montado un falso control del ejercito. El convoy de Bernadotte, compuesto de tres vehículos, se detuvo para enseñar los pasaportes; Cohen se acercó al coche en el que iba Bernadotte y disparó su ametralladora MP-40 por la ventanilla, matando en el acto al Coronel francés André Serot** e hiriendo muy gravemente a Bernadotte, que murió unos minutos después mientras lo llevaban al hospital Hadassah Mount Scope. Los terroristas consiguieron escapar.

Si lo que pretendían los terroristas era paralizar la inclusión de las sugerencias de Bernadotte en el Plan de Paz que se presentaría ante la Asamblea General, estuvo a punto de salirles el tiro por la culata; aunque Ralph Bunche*, asistente principal del conde sueco y su sustituto, tenía ideas diferentes -y más realistas que las de Bernadotte- para llevar a cabo un plan de paz entre árabes y judíos (acabó siendo el muñidor del Armisticio de Rodas de 1949), la oleada de indignación contra el atentado y de simpatía por la figura del Mediador asesinado hicieron que muchas conciencias se movilizaran a favor del Plan Bernadotte. Al comenzar sus trabajos las Comisiones que estudiarían el Informe del Mediador, por un tiempo la opinión de los expertos era que se aprobaría su propuesta en bloque, como una especie de Homenaje.

Por si fuera poco, a la presión del Reino Unido en favor de las sugerencias de Bernadotte se unió la del Departamento de Estado de EEUU, que cada vez veía más peligroso enemistarse con los países árabes, con el riesgo de que derivasen a la órbita socialista. (10)

Tres cosas hicieron que, finalmente, quedase abandonado el Segundo Plan Bernadotte:
  • El rotundo rechazo y condena del Gobierno Provisional de Israel al asesinato, y su rápida reacción, declarando al Lejí como organización terrorista, deteniendo a unos 250 miembros por "pertenencia a una organización terrorista" (serían amnistiados en Febrero de 1949) y disolviendo definitivamente las unidades de Irgún y Lejí que aún gozaban de autonomía en Jerusalén (11).
  • 10 Marzo de 1949: los israelíes izan
    su bandera en Umm Rasrash (actual Eilat)
    En Octubre de 1948 (pocas semanas antes de las elecciones presidenciales en EEUU) fueron publicados por la Prensa de EEUU documentos que probaban las presiones del Departamento de Estado y del Foreign Office sobre Bernadotte y sus asistentes, para conseguir un Plan de Paz que beneficiase los intereses británicos en Oriente Medio, a costa de anular el Estado Palestino y reducir a la mínima expresión a Israel. El Bloque del Este aprovechó el escándalo para tildar a EEUU y Reino Unido de "imperialistas y colonialistas"; y Truman, que temía que el asunto le perjudicara para su reelección, se vio obligado a realizar unas declaraciones fuertemente pro-israelíes (12), prohibiendo además al Departamento de Estado que apoyase cualquier sanción a Israel por la reanudación de la guerra en Palestina.
  • Incluso Bernadotte supeditaba el éxito de sus planes a que existiese una situación de Alto el Fuego entre los países contendientes. Y, desde Octubre, los combates habían vuelto a reanudarse. Los israelíes habían respondido a las violaciones de la tregua de los egipcios y del Ejército de Liberación Árabe* con unas enérgicas ofensivas (Operación Yoav, contra los egipcios, en el Negev; Operación Hiram en Galilea Norte), que acabaron con un rotundo triunfo de las IDF. 
Los países árabes exigieron que Israel se retirara a las posiciones ocupadas antes del 15 de Octubre. Israel, apoyado por EEUU, declaró que era imposible, porque aumentaría otra vez la inestabilidad que llevó a la reanudación de los conflictos. Reino Unido no pudo oponerse, endeudado como estaba con los EEUU tras la Segunda Guerra Mundial; y siendo, por otro lado, la primera potencia en tratar de anular la Resolución de la ONU de 1947, no podía en conciencia defender ahora esas fronteras.

Durante 1949, se fueron firmando los Armisticios de Rodas entre Israel y los países árabes. Desgraciadamente, la paz duró menos de una década...

Conclusiones personales

Los recientes acontecimientos en el conflicto árabe israelí (probablemente el más enquistado y difícil de solucionar del mundo) han despertado nuevamente la atención de la opinión pública sobre la historia de esa región; y la figura del conde Bernadotte vuelve a captar nuestro interés. 

En general las valoraciones son positivas, debido a sus esfuerzos incansables por lograr la paz entre los contendientes; a su trabajo por aliviar la situación de los refugiados; a su sinceridad y honestidad.

Pero no deberíamos olvidar lo que le hizo fracasar: su falta de flexibilidad y su incapacidad para comprender los cambios de la situación política y militar del conflicto que intentaba solucionar.

Bernadotte creía, desde el principio, que la Partición había sido injusta; y, contaminado por los intereses políticos británicos, buscaba un Oriente Medio dominado por los anglosajones a través de regímenes títeres como el de Transjordania, y con un Estado Judío débil e impotente.

Era muy loable su interés por los refugiados árabes, pero su creencia en que, una vez reinstalados en sus lugares de origen (incluidas las zonas dentro del Estado Judío) dejarían de lado su hostilidad y no buscarían ayuda en los países árabes vecinos (que, recordemos, se negaron a reconocer a Israel y a firmar Tratados de Paz, con lo que, técnicamente, aún estaban en guerra con él) para destruir el Estado Judío, es simple "wishful thinking".

Por si fuera poco, para dejar aún más indefenso a Israel, en su plan se contemplaba la restricción de la inmigración judía (incluso dentro de Israel) y dejarla bajo el control de los países árabes o, en su defecto, de la ONU, para que no hubiese ninguna posibilidad de que los judíos se hicieran poderosos militar o económicamente.

Por honesto y sincero que fuera Bernadotte ¿creemos de verdad que Oriente Medio, y el mundo, sería más pacífico y seguro, de haber aplicado las recetas del conde sueco en 1948? A no ser, claro, que prefiramos que el Estado de Israel hubiese sido destruido nada más nacer, y los islamistas radicales - en vez de gastar energías tratando de aniquilar a los judíos - se entretuviesen invadiendo todos los países que fueron una vez dominio del Islam.

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* Enlaces en inglés. Aunque mis preferencias serán siempre enlazar a información en español, aunque sea menos completa, en algunos casos la diferencia en la información ofrecida justifica enlazar a páginas en otros idiomas. Ruego disculpen las molestias.

**Enlaces en francés

***Enlaces en otros idiomas


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  1. Yoav Gelber: "Palestine, 1948; War, Escape abd the Emergence of the Palestinian Refugee Problem"; Sussex Academic Press, 2006. Pg 187
  2. En cambio (tanto por propias convicciones como por consejo de la Liga Árabe y los británicos) no estableció contactos con el Muftí de Jerusalén, debido a sus antecedentes pro-nazis en la Segunda Guerra Mundial y porque, enfrentado a la Liga Áraba y a Abdullah del Transjordania, y tras su derrota contra la Haganah, su influencia se había reducido hasta llegar a ser casi nula.
  3. Gelber: Op.cit. 186-189
  4. Clayton y Troutbek no estaban completamente de acuerdo con esta idea; preferían repartir el que iba a ser Estado Árabe tras el fin del Mandato entre todos los países árabes, y trataron de convencer a Bernadotte. No obstante, al final se impuso la idea de Ernest Bevin, el Ministro de Asuntos Exteriores; como Bernadotte, creía que la mejor solución era unir a Transjordania las tierras árabes palestinas, y tal vez repartir el Negev entre Egipto y Transjordania.
  5. Shlomo Slonim: "Truman, the State Department and the Palestine Question"; The Wiener Library Bulletin, 1981, Vol XXXIV  , Nos 53-54 Pgs. 15-30
  6. "Me habían dicho que su arrogancia creció durante los diez días de lucha que siguieron a la primera tregua y que trajeron algunos éxitos militares menores a los judíos". Bernadotte, Folke: "Till Jerusalem"; Ed. Saga EGMONT. Copenhage, 1950. Pg. 144
  7. Citando palabras de Azzam Pashsa: "Sin embargo, destacó que tarde o temprano el Estado judío desaparecería. La guerra estallaría de nuevo, los árabes destruirían el Estado de Israel." Bernadotte, Op.Cit, Pg. 176
  8. "Si en cambio se hubiera mostrado magnánimo, si hubiera explicado que el pueblo judío, que había sufrido tanto, entendía los sentimientos de los refugiados y no quería tratarlos del mismo modo que lo habían tratado a él, su prestigio en el mundo habría aumentado a un nivel sin precedentes." Bernadotte, Op.Cit, Pg. 171.
  9. Los 7 puntos, como quedan registrados en su diario son:
    • Vuelta a la Paz, búsqueda de relaciones armoniosas entre árabes y judíos.
    • El Estado judío existe y todo hace pensar que seguirá existiendo. 
    • Las fronteras del nuevo Estado deben ser fijadas mediante acuerdos con las partes; o, en su defecto,por las Naciones Unidas.
    • Debe priorizarse el principio de homogeneidad fronteriza; por lo que las fronteras no serán exactamente las de la Partición del 29 de Noviembre.
    • Derecho de los refugiados a volver a sus domicilios y recuperar sus propiedades; o a ser indemnizados si lo prefieren así.
    • El problema de Jerusalén será considerado un asunto distinto y tratado separadamente.
    • Habrá Garantías Internacionales para la Seguridad de las Fronteras y los Derechos Humanos.
  10. En Junio había comenzado el Bloqueo de Berlín, y los EEUU y la URSS estaban ya en los inicios de lo que se llamó la "Guerra Fría"
  11. Yehuda Lapidut* acusa a Ben Gurion de aprovechar el atentado para desmantelar de Irgún, aunque sabía que no tenía nada que ver. ("Count Bernadotte"* en "Besiege", 1992) Aumque es cierto que el Irgún no sabía nada del atentado, la decisión de Ben Gurión sólo aceleró un proceso que ya estaba en marcha (el propio Lapidut lo reconoce) y fue tomada para contrarrestar la repulsa internacional contra Israel: en la Prensa y opinión pública internacional Irgún y Lejí eran "dos caras de la misma moneda" y, sin duda, no hubieran considerado suficiente la ilegalización del Lejí exclusivamente.
  12. Monty Noam Perkower; "Palestine to Israel; Mandate to State: 1945-1948". Vol II: Into the International Area; Touro University Press book, New York, 2019. Pg 705.

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